Monterrey

Miguel Moreno Tripp: Fondos Soberanos

Mientras algunas naciones ahorraron los excedentes petroleros, en México se despilfarraron en cosas poco productivas.

En la época de la bonanza petrolera, los excedentes que obtuvieron los países exportadores de petróleo lo ahorraron para el futuro, tanto para épocas de vacas flacas como para cuando el petróleo deje de ser la fuente primaria de energía con la que se mueve el mundo.

Los países crearon fondos de inversión básicamente de la misma manera que lo haría alguien sensato al que por un golpe de suerte le llega a sus manos una fortuna. Hay de varios tipos. De acuerdo a las lecturas del CFA Nivel III, se clasifican en Fondos de estabilización para compensar el presupuesto, por ejemplo el Fondo de Estabilización Económica y Social de Chile; Fondos de desarrollo, establecidos para asignar recursos a proyectos generalmente de infraestructura, como el Fondo de Inversión Estratégica de Irlanda; Fondos de ahorro destinados a proporcionar bienestar para generaciones futuras, como los de Abu Dhabi y Qatar; Fondos de reserva, destinados a reducir costos de mantener las reservas energéticas o para obtener un mayor rendimiento, como la Corporación de Inversión de China; Fondos de reserva de pensiones, establecidos para satisfacer pagos futuros de pasivos contingentes relacionados con los esquemas de pensiones gubernamentales -del tipo IMSS-, como el Fondo de jubilación de Nueva Zelanda o el de Australia.

El primer fondo se estableció en 1952 por parte de la Autoridad Monetaria de Saudí Arabia. En 1990 Noruega creo su fondo que se ha convertido en un referente de modelos de inversión, conocido como el "Modelo Noruega". Maneja algo más de USD$ 1 trillón (en notación americana) -un poco menos que el valor del PIB de México. No es nada agresivo: invierte una mezcla de 60 por ciento en mercado de capitales y 40 por ciento en mercado de deuda, básicamente de forma pasiva, asemejable a invertir en índices y poco o nada para inversiones alternativas. Otros fondos se manejan más al estilo del famoso modelo Yale (aunque ellos son una fundación) en la que se busca diversificar sus inversiones para generar lo que se conoce como alfa, que es un rendimiento adicional a lo que el mercado pueda otorgar, mediante el manejo activo de las inversiones.

Esta semana se anunció una inversión del Fondo Saudí en el equipo de futbol inglés Newcastle United F.C. por USD$ 445 millones. Sarcásticamente podemos decir que siguió el modelo mexicano: cuando se generaron excedentes petroleros, vino la rebatinga para jalar esos recursos para su manejo por parte de los gobernantes estatales. Uno de ellos, invirtió en un equipo de futbol que según entiendo está en la segunda división. Otros lo dilapidaron en propaganda ¿Le suena familiar hace un par de sexenios en Nuevo León? Como duelen las pésimas decisiones del gobernante en turno, sea del color que sea.

Por allá del año 2000, se creó el Fondo Mexicano del Petróleo y se reporta que maneja alrededor de USD$ 6 billones, llegando a aportar un acumulado anual de alrededor de un 2.3 por ciento del PIB en el 2018 a doña fede. Otro es el denominado Fondo Mexicano para el Bienestar que ha aportado para programas en El Salvador y Honduras.

Si una rana toca una superficie caliente, salta; pero si poco a poco su entorno se vuelve caliente, no se da cuenta y no se mueve hasta llegar a la muerte. Ojalá no seamos ranas mexicanas que creemos que el petróleo será eterno y poco a poco nos quedemos sin ingresos. La otra es que sabemos que será así, pero no nos importan las generaciones futuras y que se rasquen con sus propias uñas, en cuyo caso pasaremos a la historia como una de las generaciones que peor administramos lo que tenemos.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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