Monterrey

Marco A. Pérez: ¿Reforma Tributaria para el 2021?

Los ingresos del sector público presupuestal están muy por abajo de lo aprobado en Ley de Ingresos de la Federación, lo que ha generado la necesidad de tomar recursos.

La semana pasada tuve la oportunidad de participar en un evento técnico organizado por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, capítulo Monterrey, con relación a las reformas fiscales aprobadas para el próximo año, y el tema que presenté fue el referente a la evolución y perspectivas de los ingresos presupuestales del sector público federal.

El mensaje central de mi ponencia, señalaba que la evolución que han mostrado los ingresos del sector público presupuestal en lo que va del año, con cifras oficiales al mes de octubre, tanto para el gobierno federal como para Pemex, eran francamente preocupantes, ya que estaban muy por abajo de lo aprobado en Ley de Ingresos de la Federación, lo que había generado la necesidad de tomar recursos del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestales (FEIP) para "nivelar" los Ingresos propios del gobierno federal y reportar una minusvalía de "solo" 12 mil millones de pesos con relación a los ingresos programados.

Estos recursos (no incluidos ni contemplados en Ley de Ingresos) los registran como ingresos "propios" no tributarios, específicamente como "aprovechamientos", y al incluirlos se mejoraba mucho la información presentada, ya que casi compensan la caída en ingresos tributarios, por lo que si solo se ve el dato agregado, o la nota de prensa de la SHCP, el lector se queda con la impresión de que los ingresos del gobierno federal "razonablemente" van evolucionando conforme lo esperado.

Sin embargo, la realidad es que todos los impuestos, a excepción de los especiales a las gasolinas y al diésel, (IEPS) están registrando recaudaciones inferiores a las estimadas en Ley de Ingresos 2019, y la minusvalía casi alcanza los 80 mil millones de pesos acumulados al mes de octubre de este año.

Si consideramos que además de los ingresos tributarios, los ingresos petroleros que esperaba recibir el gobierno federal en este año, están también muy por abajo de lo esperado, producto de la fuerte caída en la extracción de petróleo que se ha venido registrando este año, la cual ronda los 200 mil barriles diarios, esto se traduce en un menor pago de derechos por parte de Pemex (al Fondo Mexicano del Petróleo) y por consecuencia en menores transferencias de este fondo a la SHCP.

Es importante señalar que además de la caída en extracción de petróleo, las ventas de gasolinas y de diésel también van a la baja (no obstante la versión oficial de que se eliminó casi en su totalidad el robo de combustibles) por lo que los ingresos propios de Pemex acusaban una minusvalía de casi 100 mil millones de pesos.

Debido a lo anterior, el gobierno federal apoyó a Pemex, de manera extraordinaria y fuera de presupuesto, con una transferencia de 97.1 miles de millones de pesos, la cual sirvió para que los ingresos "propios" de Pemex subsanaran su minusvalía y mostraran números más en línea con lo contemplado en Ley de Ingresos.

Como para el 2020 el gobierno vuelve a pronosticar que la economía crecerá un dos por ciento en términos reales, y además contempla un aumento de 13 por ciento en la extracción de petróleo (supuestos que en lo personal pienso que no habrán de materializarse) mi estimación es que para el próximo año, se volverá a tener una nueva minusvalía en ingresos presupuestales, pero ahora solo contarán con menos de 90 mil millones de pesos en el FEIP, insuficientes para compensar las minusvalías en ingresos que muy probablemente habrán de tener.

Mi estimación es que para el tercer trimestre del próximo año, el gobierno federal tendrá en claro que la insuficiencia en ingresos, tanto tributarios como petroleros, será de tal magnitud, que los hará pensar en "adelantar" la reforma tributaria que tienen programada para el cuarto año de gobierno.

Si bien la insuficiencia de ingresos podría subsanarse aumentando el endeudamiento público, o reduciendo el gasto asistencial, pienso que no optarán por ninguna de estas medidas, y podrían anticipar un año la reforma impositiva.

Si bien esto podría resultar contraproducente, ya que propiciaría una recesión más prolongada, al reducir el ingreso disponible del sector privado, (para consumo y ahorro) el objetivo de mantener el gasto asistencial conforme lo programado, prevalecería como prioritario.

De tal suerte, el "costo" de obtener más recursos por la vía impositiva, muy seguramente sería mayor al "beneficio" que se tendría por mantener el gasto asistencial, salvo que se opte por una reforma fiscal selectiva que incida en actos y en actividades con baja "elasticidad" impositiva, lo cual abordaré en una próxima nota.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

También lee: