Monterrey

Laura Zapata Cantú: Con el distanciamiento físico, la socialización es más importante que nunca

Para muchas empresas la comunicación entre sus colaboradores es indispensable para la innovación.

Durante esta pandemia constantemente escuchamos la frase "vamos a conectarnos". Si bien es cierto que la palabra conexión tiene entre sus acepciones: unir o poner en comunicación dos personas, lograr una buena comunicación con alguien; pareciera que las acepciones más utilizadas son aquellas que hacen referencia a: establecer comunicación entre dos lugares; enlazar entre sí dos aparatos o sistemas de forma que entre ellos pueda fluir algo.

Aun cuando lo que realmente queremos decir es que deseamos establecer comunicación con el otro para dar continuidad a nuestras actividades, hemos dejado a un lado la relevancia de vivir el proceso de comunicación. La comunicación es una interacción atenta de conversación, en la cual los gestos faciales, los movimientos corporales, el uso de tiempo y espacio entre personas son clave, es lo que los científicos denominan sincronía. Esta compleja interacción es muy básica, aprendida desde pequeños y afectada en la pandemia por "estar conectados" a través de un equipo de cómputo o de la telefonía móvil.

Como menciona Eric Yuan, director de Zoom, "la videoconferencia se ha convertido en una herramienta de comunicación esencial para todos en esta pandemia, pero sigue siendo un desafío ya que las personas necesitamos de la interacción humana". La comunicación humana nos permite interactuar con el otro, socializar con el otro, acciones clave para el buen funcionamiento de las organizaciones. No hay que olvidar que los grupos humanos logran sus objetivos por la interacción de sus miembros, por su conectividad, y esto tiene implicaciones de cómo se comunican, cómo interactúan, cómo socializan.

En la era pre Covid 19 los espacios de trabajo abiertos, con ambientes flexibles y colaborativos estaban en auge. Se evidenciaba que la proximidad social y espacial donde el continuo contacto y el fácil acceso que los colaboradores tenían con sus líderes favorecía el intercambio de conocimientos, una toma de decisiones ágil y, en algunos casos, la innovación. Los espacios abiertos se volvieron espacios de conexión y socialización, al favorecer la proximidad y la accesibilidad un proceso de comunicación más rápido y fluido.

En el inicio de la pandemia nos volcamos en buscar herramientas para la continuidad laboral, continuar atendiendo a nuestros clientes y proveedores, pero ha quedado como asignatura pendiente designar los espacios flexibles y colaborativos, por lo pronto virtuales, en que los empleados puedan socializar, sin que se mencionen temas de trabajo, y pueda dar lugar a una comunicación fluida.

En esta pandemia y en la era post-Covid 19 donde el trabajo remoto pareciera será permanente, las organizaciones no pueden pasar por alto la relevancia de la comunicación y la socialización entre sus colaboradores. El reto es ¿cómo mantener o fortalecer los lazos sociales en los equipos? ¿cómo digitalizamos una charla de pasillo, una plática de café? Para muchas empresas la socialización es indispensable para la innovación. Algunas opciones de espacios de socialización en formato virtual "en vivo, síncrono" pudieran ser: sesiones informales cortas de 45 a 60 minutos, con una bebida en mano y un buen tema de conversación que dé pie a un tópico de interés común. Normalmente, por la tarde o durante la hora del café matutino, sin moderador y con cámaras abiertas. Otra opción es provocar clubes donde converjan los colaboradores por temas de afinidad.

Busquemos pasar de la etapa de la conexión a la etapa de la socialización en la cual los espacios de socialización sean momentos clave para la continuidad laboral, y por qué no, para provocar la innovación. En algún momento regresaremos a los espacios físicos y con ello nuevas formas de trabajo vendrán. Busquemos que los momentos cara a cara con los colegas brinden espacios para hablar de todo y de nada, para interactuar con el otro, para reconectar.

Opine usted: laura.zapata@tec.mx

La autora es Decana Asociada Académica EGADE Business School, Tecnológico de Monterrey.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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