Monterrey

La importancia de la política económica en la elección

El futuro económico debería estar enfocado hacia la inversión en la educación y en la tecnología, sugiere experto.

En esta época de debates presidenciales y propuestas es importante tomar mucho en cuenta las relacionadas con la política económica. México es un país que ha sufrido de diversos episodios de crisis económicas y financieras, que, en su gran mayoría, fueron provocados por políticas económicas erróneas.

México experimentó una etapa de crecimiento estabilizador durante la década de los cincuentas y sesentas, donde la inversión fue un elemento clave para observar tasas de crecimiento elevadas. Durante la década de los setentas, con la presidencia de Luis Echeverría, se descubrieron grandes yacimientos petroleros que provocaron un cambio de rumbo. Se propuso una política de sustitución de importaciones pensando que el país sería autosuficiente. El gobierno tomó las riendas de la actividad económica, creando cientos de empresas paraestatales, y los ingresos federales recayeron en un 80 por ciento de los ingresos derivados del petróleo. Lo anterior generó un gasto público elevado que generó desequilibrios fiscales importantes.

El resultado fue una economía con bajos niveles de competitividad, bajo acceso a bienes y servicios y la dependencia del gasto de gobierno como el único motor de la economía. Dichos desequilibrios resultaron en su momento, a principios de los 80s, en la primera crisis importante en el país. El resultado fue una hiperinflación, la nacionalización de la banca y un cambio de rumbo.

En la década de los 80s se comenzó con un proceso hacia la apertura comercial gradual que se consolidó en la década de los 90s con la firma del TLCAN y la autonomía del Banco Central. El gobierno de deshizo de empresas en las que era improductiva y se fomentó la economía de mercado. El resultado fue que, a raíz de esos cambios, México dejó de depender del petróleo, y por ende del gobierno para su crecimiento económico, y se convirtió en una economía manufacturera.

Hoy en día, la política económica continúa con un rumbo hacia una mayor apertura y competencia. Ejemplo de ello son las reformas estructurales, en particular, la energética y la de telecomunicaciones. Dichas reformas tienen la intención de fomentar mayor competencia en estos sectores, lo cual se derivará en menores precios al consumidor y mayor inversión extranjera. Lo anterior es muy importante, ya que México tiene una propensión al ahorro muy baja, lo que implica que depende de inversión extranjera para elevar su crecimiento potencial.

En este sentido, es importante evaluar las propuestas de política económica de largo plazo para el país. Es importante considerar que las energías renovables serán más baratas en el futuro debido a la inversión en procesos tecnológicos. El regresar a que el estado controle sectores clave de la economía como el petróleo, las telecomunicaciones y otras, solo generará mayor ineficiencia y mayores precios al consumidor.

El futuro económico debería estar enfocado hacia la inversión en la educación y en la tecnología, en un contexto donde en el futuro la automatización de los procesos productivos de las empresas, generarán un desempleo masivo en el país. Así, las propuestas relacionadas a la política económica deben ser prioritarias para el electorado. Acciones erróneas pueden provocar un retroceso, que, a estas alturas, podrían ser irreversibles en el contexto global.

El autor es director general y fundador de GF GAMMA y catedrático en el ITESM campus Monterrey. Cuenta con un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera por la Universidad de Essex en el Reino Unido, y una Licenciatura en Economía por el ITESM (campus Monterrey).

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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