Monterrey

José Emilio Caballero: Green is the new Black

La pandemia frenó la producción de crudo y gas natural mientras que impulsó las inversiones en energías renovables a niveles sin precedentes.

Ya dejamos en el olvido el año quizá más difícil que ha vivido el mundo entero en la era moderna. Para algunos, trajo varios cambios y para otros les cambió toda la vida. Igual en algunas industrias, unas más afectadas que otras y algunas cambiadas para siempre. Este es el caso para la del petróleo y gas, que, aunque la pandemia no la forzó a cambiar radicalmente, sí frenó su crecimiento.

Uno de los reportes más respetados en la industria es el Energy Outlook que publica anualmente la petrolera BP, y en el más reciente menciona que el 2019 fue el "peak oil" para la industria. Peak oil se le conoce al año en que se alcanza la máxima extracción de petróleo y que después de éste, entre en una baja constante. En reportes anteriores, como el del 2018, mencionaba que el peak oil sería alrededor del año 2035. La pandemia cambió todo. En el último reporte que, por cierto, difundieron seis meses más tarde para poder medir correctamente el impacto de la pandemia, no solo dice que la demanda global de petróleo nunca será mayor a la del 2019, también pronostica que podría bajar 10 por ciento en esta década y hasta 50 por ciento en los siguientes 20 años.

A pesar de tener reservas limitadas, esta industria seguía creciendo año con año. Se sabía que en este siglo se iba a desacelerar el crecimiento y que tarde o temprano esta fuente de energía sería reemplazada en mucha proporción por las renovables, pero nadie se imaginó que llegaría algo como la pandemia a poner el último clavo del ataúd.

La industria del petróleo y gas representa más de $3.3 trillones de USD, esto es 3.8 por ciento de la economía global, tomando en cuenta un PIB global de $86 trillones de USD. Este oro negro es la base o materia prima de muchas otras industrias, y el motor que mueve al mundo. Ha jugado un rol tan importante en la humanidad que hasta ha ocasionado guerras y tiene mucho peso en la geopolítica a nivel mundial. Se conoce que hay reservas de 1.65 trillones de barriles de petróleo y que, con el ritmo de consumo, éstas alcanzan para los siguientes 40 años. ¿Será algo que nos preocupe? ¿Qué un día nos quedemos sin petróleo? O simplemente nunca llegaremos a acabarlo porque para ese entonces no lo necesitemos o el consumo se desplome y esto haga que las reservas alcancen para otros 500 años. Este cambio afectará economías, gobiernos y sociedades.

La pandemia aceleró 15 años la baja de demanda de petróleo y, por otro lado, aceleró la demanda de energías renovables. El crecimiento de las renovables ya estaba muy comprobado, inclusive de las seis petroleras "Supermajors", BP, Shell y Total han estado invirtiendo en este tipo de energía e incluyéndola en su estrategia y objetivos corporativos. ¿Sabía usted que la petrolera francesa Total, tiene 66 por ciento de participación en SunPower? Ésta última tiene dos plantas en México y produce uno de los mejores paneles solares en el mercado; su acción (SPWR) en menos de seis meses ha subido de $5 USD a $30 USD, creciendo su valuación de $850 millones USD a $5.1 billones USD. Hasta los países que han sido beneficiados toda la vida por su riqueza en reservas de petróleo le están apostando más al oro verde que al oro negro. Arabia Saudita invertirá más de $20 billones USD en renovables para la siguiente década y quiere generar 30GW para el 2025, y 60 GW para el 2030, todos a partir esta fuente de energía.

En mi artículo anterior "Veinte Veinte o Vete Vete" mencionaba que por primera vez ya hay más inversión en energía renovable que en las fósiles. Ahora empresas como las europeas Enel e Iberdrola están siendo nombradas por el Wall Street Journal como las nuevas "Green Supermajors". Ambas ya recuperadas con un incremento en sus acciones comparado a pre Covid en un 5 y 20 por ciento, respectivamente. Estas dos llevan años invirtiendo en México y, por ejemplo, en 2018 Enel construyó el parque fotovoltaico Villanueva de 828 MW en Viesca, Coahuila. A la fecha sigue siendo el más grande de toda América y doceavo a nivel mundial.

No es casualidad que este tipo de empresas encontraron en México un enorme potencial para impulsar las energías renovables. El territorio nacional es privilegiado para estas energías. Sin embargo, falta mucho por aprovechar. Por ejemplo, Alemania que tiene un potencial solar (kWh/kWp) parecido al de Alaska y 40 por ciento menor al de México, tiene casi 10 veces más capacidad instalada de energía solar que la nuestra. Y según estudios del Banco Mundial, México podría abastecer toda su necesidad energética con energía solar con tan solo 0.1 por ciento de su territorio nacional.

En The Economist mencionan que la energía solar y la eólica podrían subir a nivel global del 5 por ciento que representan ahorita del total de energía, al 25 por cieto en 2035 y a casi el 50 por ciento en 2050.

Entonces si el Green is the new Black, ¿Por qué México le sigue apostando al negro y no al verde? .

El autor es director general de Solardec, empresa líder en México en el desarrollo de sistemas fotovoltaicos para el hogar y la industria.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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