Monterrey

Hiram Peón Lara: Influencia social

La democracia se tiene que ser vivida todos los días, no solo en la época electoral.

Durante muchos años se pensó que una manera de equilibrar el autoritarismo de los gobernantes era a través de un "cuarto poder" independiente y fuerte, estamos hablando de la fuerza contestataria de una opinión pública generada en los medios, de manera coloquial se lograba la respuesta favorable del gobierno a punta de "periodicazos".

En su arrogancia, algunos medios llegaron a decir que ellos gobernaban en la ciudad o en el estado, y honestamente así era.

No se tapaban los baches en la colonia si el periódico no lo exhibía. Entonces las autoridades solo hacían lo que los periódicos o los comentaristas de TV les exigían.

Solo los medios sabían que necesitaba la ciudad o el estado. Mas avenidas, calles limpias, más seguridad, aire limpio, menos basura. La agenda del periódico o del comentarista de TV era impuesta al gobierno.

Esto contribuyó a que la sociedad se articulara para formar agrupaciones de todo tipo, que observaban las acciones del gobierno y la "salud" de la comunidad. Propició la formación de una gran cantidad de Organizaciones no Gubernamentales (ONGs).

Así sucedió con los gobiernos del PRI, del PAN, del PRD y ahora se pretende que funcione con Morena.

Ha pasado un año y no sucedió nada. Parece que el presidente López Obrador le tomo la medida a los medios nacionales y locales.

Simplemente el señor López Obrador hace lo que quiere y no le importa que los medios le llamen mentiroso, que le demuestren en su cara que está mintiendo, que le señalen sus errores, que le pidan cuentas. Él hace, como un buen gobierno autoritario, lo que quiere, y sigue con su agenda.

Recientemente un video de "Brozo", con su lógica avasalladora, expone y pone sobre la mesa los errores de la puesta en marcha del INSABI. Y así como él, la mayoría de los medios en Nuevo León y en el país, reprueban con argumentos, o citando a usuarios, que los enfermos recibieron un pésimo trato en las distintas instituciones de salud.

Aquí en nuestra ciudad, el Hospital Universitario, hizo lo propio: rechazo dar servicio gratuito, como había sido anunciado y días después rectificó su postura.

Pero no solo los periodistas están en medio de una lucha que parece estéril, también los grupos sociales se han topado con pared.

Las ONGs siguen teniendo fuerza a nivel local y son capaces de desalentar acciones de gobierno absurdas o de influir en el talante del funcionario público frente a la sociedad. Sin embargo a medida que tratan de tomar protagonismo en movimientos mayores de carácter regional o nacional, se disuelve su influencia y su poder, pues es fácilmente descalificada su participación.

Así vemos como las marchas nacionales son aplaudidas, si se trata de apoyadores del régimen de López Obrador, y convertidas en manifestaciones de "fifís", si son opositoras de las acciones de gobierno del presidente.

Estamos aprendiendo, nos damos cuenta que entramos en una nueva era donde la democracia se tiene que ser vivida todos los días, no solo en la época electoral.

Ahora está claro que los ciudadanos tenemos un papel protagónico en la defensa de nuestros derechos. Que nuestros representantes políticos deben ser "utilizados" como ellos nos usaron en sus posturas partidistas y les tenemos que exigir respuestas sin importar de qué partido sean. Ahora más que nunca tenemos que obligar a las autoridades a pagar el costo político de sus malas acciones.

Ya no podemos tolerar que ante un error administrativo o la sospecha de corrupción, la solución sea la destitución. Ahora tenemos que pedir la cárcel para el funcionario corrupto.

Los periodistas tenemos que ser más acuciosos en nuestras investigaciones y no quitar el dedo del renglón a nivel local y nacional.

Hasta la próxima.

El autor es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM.

Opine usted: hirampeon@gmail.com

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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