Monterrey

Fidencio Pérez: Impuestos a la riqueza, ¿es una forma de reducir la desigualdad?

Los estados del noreste del país se verían afectados con un impuesto de esta naturaleza, no habría una reciprocidad.

Recientemente se ha estado manejando en algunos países, derivado de las necesidades económicas del gobierno, de establecer impuestos a la riqueza, por mencionar algunos casos en julio de 2019 Venezuela aprobó la Ley Constitucional que crea el impuesto a los grandes patrimonios; en Estados Unidos candidatos demócratas como Elizabeth Warren o Bernie Sanders proponen la creación de un impuesto a la riqueza de los multimillonarios; en el caso de México en días pasados el líder de Morena emitió un comunicado de prensa en donde se señala que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) debe de tener la facultad constitucional de medir la concentración de la riqueza en nuestro país, cuya finalidad, es la de que las grandes fortunas contribuyan más; el propósito, es el mismo, de reducir la desigualdad entre pobres y ricos, porque la riqueza no se distribuye de manera justa. Pero, los impuestos a la riqueza, ¿son una forma de reducir la desigualdad?

El impuesto a la riqueza o también llamado impuesto al patrimonio, busca gravar los bienes o el patrimonio de una persona y no solamente de sus ingresos.

Quienes están a favor de este tipo de impuesto se basan en la premisa de que deben pagar más los que más tienen, lo cual es injusto y para cual pongo el siguiente ejemplo, suponiendo que dos personas perciben un mismo ingreso y por tanto pagan el mismo Impuesto Sobre la Renta (ISR), una persona lo gasta por completo y la otra lo ahorra, para después con ese ahorro hacer la inversión en un negocio, que le da más ingresos por tanto paga más ISR y además genera empleos, con el paso del tiempo la primera persona no tiene nada porque todo se lo gasto -se le considera pobre- y la segunda tienes más negocios y, por sus inversiones, más patrimonio -se le considera rico-, ¿sería justo que luego a esa persona se le cobrara un impuesto adicional porque tiene más que la primera?, definitivamente no, el ya contribuyó pagando el ISR por sus ingresos, en el ejemplo ambas personas partieron de la misma base sin embargo tuvieron una visión diferente.

Un impuesto a la riqueza solo provocará que los más ricos se lleven sus fortunas a otros países donde no los graven, se alejará la inversión y con ellos aumentará la pobreza por falta de capital y de empleos. Reducir la desigualdad entre pobres y ricos no se trata de que los ricos sean menos ricos, se trata de que lo pobres sean menos pobres, ¿cómo?, alentando la inversión, creando infraestructura que capte más capital, generando fuentes de empleo real -no por decreto- y establecer un estado de derecho que otorgue seguridad jurídica a los inversores. La riqueza no se tiene que distribuir se tiene que generar, se deben crear oportunidades para que los pobres se hagan ricos. Los estados del noreste del país que se han caracterizado por fomentar la competitividad, el crecimiento, la productividad, la generación de empleos, se verían afectados con un impuesto de esta naturaleza, no habría una reciprocidad ya que quizás su destino sería atender programas clientelares del propio gobierno que lo único que no hacen es acabar con la pobreza.

Opine usted: fperez@perezacosta.mx

El autor es Miembro de la Comisión de Investigación Fiscal, del Instituto de Contadores Públicos de Nuevo León.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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