México debe integrar una agenda pre-positiva independientemente de lo que Estados Unidos solicite, buscando que la renegociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte sea más en el plano de integración de la producción, expresó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico IDIC.
En entrevista telefónica, el especialista dijo que el gran riesgo que enfrenta México es que el TLCAN "se politice", dado los tiempos electorales que se avecinan en el país.
Sería una lástima que en un afán político se aceleren los procesos de renegociación.
La propuesta mexicana debe centrarse en un tratado que evolucione más allá de lo comercial y se le apueste a la vinculación integral y productiva.
El futuro de América del Norte debe estar en una integración productiva, y a su vez, consolidar el encadenamiento productivo entre los tres países.
Para el director del IDIC se debe aclarar que México no es rival de Estados Unidos, más bien es un complemento hacia muchos de los procesos productivos de la industria manufacturera.
"Lo primordial es no sólo tener una agenda reactiva a lo que Estados Unidos quiera, sino también empezar a generar una agenda pre-positiva de lo que México quiere", añadió De la Cruz.
Lamentablemente México llega a la mesa de renegociación del TLCAN en medio de un proceso pre-electoral y corre el riesgo de un intento de acelerar las negociaciones y no obtener un buen resultado.
"Nos toman no sólo con una agenda que no es meramente económica sino también política donde se corre el riesgo de precipitarse", subrayó.
Para Amado Garza Villarreal, presidente y director general de VGA Smart Development, el tratado deberá buscar la integración productiva de la región, considerar el contenido nacional de los tres países.
Partiendo de que México se ha convertido en un país estratégico geográficamente para la industria manufactura no sólo para Estados Unidos sino para otros países.
Monterrey