Monterrey

El portafolio de políticas públicas del gobierno federal

Con la llegada del nuevo gobierno se han tenido nuevas ideas, cambios, y políticas en diversas direcciones, con distintos matices políticos, y con consecuencias económicas.

El inicio del sexenio correspondiente a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador ha sido sin duda uno lleno de ideas, cambios, y políticas en diversas direcciones, con distintos matices políticos, y con consecuencias económicas y financieras aún por definirse. Al igual que sucede con la administración de un portafolio de inversión en activos financieros, algunas de esas ideas involucran grandes rendimientos sociales en caso de que los resultados sean favorables, pero también enormes costos si dichas ideas no fructifican o si la percepción pública sobre sus resultados es de fracaso una vez que se integran los costos indirectos de corto y largo plazo asociados a su implementación. En otras palabras, si una parte importante del portafolio de políticas de la nueva administración federal pudieran considerarse "de alto riesgo", ¿es racional entonces pensar que existen políticas de "bajo riesgo" que permitan al gobierno operar éstas primeras de manera eficiente? La respuesta es compleja, pero pudiera argumentarse que, de existir, debería estar fuertemente fundamentada en elementos que den certidumbre al sistema, y garantice los elementos institucionales para incentivar el funcionamiento del complejo sistema económico y financiero del país.

La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), la implementación de cierre de ductos y su consecuente cambio logístico en la distribución de gasolina, los programas de becas de apoyo a jóvenes para integrarlos al mercado laboral, la introducción de un nuevo modelo de seguridad pública, y recientemente la implementación de un programa de "crédito a la palabra" para impulsar el sector micro-empresarial son sin duda políticas públicas de "alto riesgo", en donde su implementación han sido cuestionados por la carencia de una evaluación del impacto esperado, y donde no pocos han mostrado su preocupación por los incentivos que generan y muchas veces contraponen los objetivos perseguidos.

Tomemos como ejemplo el nuevo programa de "Tandas para el Bienestar" que busca impulsar el sector emprendedor otorgando préstamos a tasa cero y a la palabra. El crédito es una herramienta fundamental para el desarrollo económico, ya que su concesión en forma de un contrato (determinando monto, plazo, y tasa) permiten la correcta asignación de liquidez a proyectos productivos, incentivar el crecimiento económico fomentando la innovación, y coadyuvar en la administración de riesgo en el sistema. No obstante, si los componentes del contrato no son eficientes (por ejemplo, si la tasa es "demasiada baja") podría inducir a los deudores a tomar mayores riesgos en sus proyectos. Por otra parte, si los mecanismos de supervisión, monitoreo, y recuperación del crédito son inefectivos, los incentivos a no regresar el recurso se incrementan, lo cual incrementa la cartera vencida y reduce la costo-efectividad del programa.

Ante los ejemplos anteriores, sería lógico pensar que el portafolio de políticas públicas del actual gobierno debería contar también con decisiones de menor perfil, pero que brinden certeza sobre sus resultados, y que permitan los elementos para garantizar el funcionamiento del gobierno. En este caso, todo apunta a que estas bases se encuentran en el respeto a la autonomía del Banco de México y su mandato único, la administración y negociación prudencial de la deuda pública, el uso de la inteligencia financiera para el combate al crimen, así como el reconocimiento del impacto en crecimiento económico generado por las políticas anteriores por parte de la SHCP.

Por ejemplo, en días pasados, la SHCP colocó deuda en el mercado internacional por un monto de 2,000 millones de dólares que pagarán un rendimiento de 4.577 por ciento y una tasa cupón de 4.50 por ciento. El respaldo a dicha emisión de más de 320 inversionistas institucionales de América, Asia, Europa y Oriente Medio muestra confianza a las medidas implementadas por el nuevo gobierno; pero aún ante esto, el mercado sigue cauteloso al riesgo, mismo que se tradujo en un incremento el diferencial de la tasa con respecto a su par estadounidense.

En todo caso, es buen momento de reflexionar sobre las consecuencias de las políticas públicas ya implementados en tantas y tan diversas áreas, y evaluar si, usando como analogía una vieja ronda infantil, la delicada tela de araña de nuestro tejido económico, financiero, y social está apta para soportar a otro elefante.

Doctorado en Economía en la Universidad de Chicago. Es Profesor-Investigador de la Facultad de Economía de la UANL y miembro del SNI-CONACYT Nivel 1.

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