Monterrey

¿Creceremos más que el 2017?

OPINIÓN. El año empieza con una menor inflación resultado del ajuste estadístico en el precio de las gasolinas, es decir, la base de comparación es muy similar al del año pasado.

La economía mexicana probablemente registrará un crecimiento económico de alrededor de 2.1 por ciento anual en el 2017. Esta tasa de crecimiento es el promedio observado de las últimas décadas, insuficiente para elevar el bienestar de la población. En el 2017 el motor del crecimiento económico fue el consumo privado impulsado por la sólida creación de empleos formales, si bien se observó cierta desaceleración hacia el tercer trimestre del año (todavía falta observar los datos del cuarto trimestre), debido al alza en la inflación que llegó a 6.7 por ciento (su nivel más alto desde 2001). Tanto la inversión fija bruta, el gasto de gobierno y el déficit comercial, arrastraron el crecimiento hacia la baja. ¿Qué esperar este 2018?

El año empieza con una menor inflación resultado del ajuste estadístico en el precio de las gasolinas, es decir, la base de comparación es muy similar al del año pasado. Sin embargo, la reciente volatilidad cambiaria ha deteriorado las expectativas inflacionarias en el mediano plazo.

Recordemos que la inflación subyacente (de bienes y servicios) aumenta ante la depreciación de la moneda encareciendo los insumos importados.

Lo anterior sugiere que es probable que Banxico continúe subiendo la tasa de interés objetivo en el primer semestre de año con el fin de anclar las expectativas inflacionarias hacia el centro de la meta. Ello perjudicará al crecimiento económico al encarecer los créditos y desincentivar a la inversión.

Por otro lado, si bien el consumo privado fue el motor de la economía el 2017, se espera una desaceleración hacia adelante. La persistente alta inflación le está restando poder adquisitivo a las familias lo cual ya se vio reflejado en un menor consumo hacia finales del año. Si bien la inflación disminuirá este año, seguirá en niveles altos.

Un componente que decepcionó el año pasado (hasta el tercer trimestre) fue la inversión, tanto pública como privada. La primera debido al ajuste al gasto público que está repercutiendo a la inversión en obras públicas.

Segundo, por el alza de tasas de interés y la incertidumbre del sector externo que retrasó decisiones de inversión privadas. En este contexto no se observa una reversión importante en estos rubros este año.

Finalmente, el sector que mostró un mayor dinamismo el año pasado fue el manufacturero, impulsado por una economía estadounidense que superó a la nacional. La depreciación del dólar aunado a un mayor crecimiento global demandó mayores exportaciones de ese país. Lo anterior benefició a México, ya que las exportaciones de bienes intermedios (que están muy ligados con la producción industrial de Estados Unidos), representan el 70 por ciento del total. Sin embargo, EU se encuentra muy cercano al pleno empleo lo que indica que, ante la reforma tributaria de ese país, cualquier expansión económica adicional deberá ser acompañada por alzas en la tasa de interés.

Todo ello sin tomar en cuenta la reforma tributaria de EU, que podrá restar inversión, y competitividad al país, la incertidumbre sobre la renegociación del TLCAN (50 por ciento de la inversión extrajera viene de EUA) y la volatilidad financiera debido a las elecciones presidenciales.

El autor es el director general y fundador de GF GAMMA y catedrático en el ITESM campus Monterrey. Cuenta con un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera por la Universidad de Essex en el Reino Unido, y una Licenciatura en Economía por el ITESM (campus Monterrey).

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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