En los últimos años en Nuevo León, y de acuerdo a publicaciones periodísticas y en redes sociales, se han presentado casos de jóvenes que han atentado contra su vida, y otros con casos de depresión y de ansiedad derivado de diversos factores.
De acuerdo con información oficial dada durante el arranque de construcción del nuevo Hospital Psiquiátrico, al año se ofrecen 30 mil consultas y egresan 750 pacientes.
Las principales causas de consulta que se atienden son la depresión y ansiedad, y los pacientes que se internan son aquellos que tienen esquizofrenia, trastornos relacionados con el consumo de drogas y trastornos bipolares.
La doctora Valeria Melina Angulo Franco, psiquiatra con subespecialidad en psiquiatría de la Infancia y Adolescencia, maestría en Terapia Familiar Sistémica y médico del sistema Tec Salud, dijo que lo que se requiere con urgencia es un cambio en la cultura social, pues las redes sociales podrían ser un factor que influye en estas condiciones.
Añadió que actualmente en la entidad la infraestructura hospitalaria o el personal capacitado no es un problema para atender este tipo de casos.
"Sin duda las personas que deseen tener una valoración pueden encontrar algún recurso en el medio público o privado. Uno de los problemas más importantes que seguimos percibiendo es el de no buscar la atención, ya sea porque minimizamos situaciones o por vergüenza, porque hemos escuchado comentarios en alguna parte que reprueban el buscar ayuda en salud mental. Se requiere un cambio social urgente en este aspecto para aprovechar los recursos que existen y conseguir más adelante los que llegarán a hacer falta", mencionó.
Según el Programa de Acción Específico Salud Mental 2013-2018, en México la enfermedad mental participa del 13 por ciento de la carga global de enfermedad, constituye una de las tres primeras causas de mortalidad de personas entre 15 y 35 años, esto último influido por el suicidio.
Esto se debe, según la especialista, a que al menos el 10 por ciento de los adultos experimentan algún trastorno mental y el 25 por ciento de éstos desarrollará algún problema relacionado durante su vida.
Los trastornos mentales, neurológicos y siquiátricos representaban casi la cuarta parte de la carga total de enfermedad en América Latina y el Caribe.
En México, se experimenta una transición epidemiológica "polarizada", cuyos rasgos más notorios son la disminución de enfermedades infectocontagiosas y el aumento de padecimientos crónico-degenerativos, incluidos los trastornos mentales.
El estudio refiere que uno de cada cuatro mexicanos entre 18 y 65 años ha padecido en algún momento de su vida un trastorno mental, pero sólo uno de cada cinco de los que lo padecen recibe tratamiento.
El tiempo que demoran los pacientes para recibir atención en un centro de salud oscila entre cuatro y 20 años, según el tipo de afección, al igual que lo observado en la mayoría de los países de América Latina.
Un estudio realizado con población mexicana encontró que la depresión y la ansiedad generan una condición de discapacidad mayor y días de trabajo perdidos comparados con algunas enfermedades crónicas no psiquiátricas.
Se estima que el 24.7 de los adolescentes mexicanos se encuentran afectados por uno o más problemas de salud mental, siendo los más recurrentes los trastornos de ansiedad, déficit de atención, depresión y uso de sustancias, así como intento de suicidio.
La edad de inicio de la mayoría de los trastornos siquiátricos se encuentra en las primeras décadas de la vida, como lo refiere la Encuesta Nacional de Siquiatría.
La especialista detalló que el Programa Nacional de Salud Mental: Modelo Miguel Hidalgo, contempla la necesidad de contar con un sistema útil de información epidemiológica en salud mental que proporcione datos de la realidad nacional, así como el desarrollo de investigación en las causas de los trastornos mentales, los tratamientos e intervenciones que puedan beneficiar de mejor forma a la población mexicana que lo requiere, aplicando en los servicios el conocimiento científico y tecnológico disponible en salud mental, tanto en tratamientos farmacológicos como psicológicos.
REDES SOCIALES, NO SE DEBEN TOMAR A LA LIGERA
Angulo Franco mencionó que las redes sociales no se deben de tomar como un tema a la ligera, ya que pueden ser una influencia para trastornos depresivos.
"Es un tema complicado, no debemos tomarlo a la ligera, existen estudios de investigación a la fecha que tratan de calcular la magnitud del impacto que tienen las redes sociales en estos temas y si a esta influencia se le puede tachar principalmente de negativa.
"Un estudio realizado en la Universidad de Pittsburgh mostró mayor incidencia de episodios depresivos y problemas de sueño en grandes usuarios de redes sociales. Otros han mostrado, por ejemplo, que comunidades pequeñas se ven beneficiadas del apoyo y la práctica de habilidades sociales que obtienen en línea", comentó.
Añadió que "la preocupación está en el desarrollo de una cultura en la cual los jóvenes se sienten presionados a hacer cosas para obtener validación (likes), o se sienten presionados a hacer retos peligrosos para subirlos a la red. La comparación con otros también es una preocupación constante, así como el lenguaje agresivo y amenazas (ciberbullying), que la gente sin temor se permite compartir con más facilidad que en un encuentro cara a cara".