Monterrey

Alejandro Zertuche: ¿Vivir o sobrevivir? Decidamos hoy

Mientras sigamos viendo desde la supervivencia todo esto, seguiremos construyendo más de lo mismo.

Existe una historia que se ha posicionado como una de las más interesantes de supervivencia humana de las últimas décadas. Un accidente de aviación en el año 1972 en los Andes. Los sobrevivientes no solo tuvieron que enfrentar el miedo a la muerte en el momento en el que el avión caía, lo tendrían que hacer durante 72 días más.

Carlos Páez, quién puede contar hoy esta experiencia, nos comparte que hubo un momento clave en donde tuvieron que tomar una importante decisión. Esto sucedió cuando escucharon la noticia por la radio en la que informaban que dejarían de buscarles y esperarían hasta el deshielo, meses después, para encontrar sus restos.

Nicolich quién fue el que escuchó la radio, decidió compartirlo como una buena noticia, ya que desde ese momento tendrían que salir adelante con sus propios recursos. Dice Carlos "Ese día empezamos a vivir y dejamos de sobrevivir. Porque sobrevivir es esperar a que a uno lo vengan a buscar. Pero cuando uno se convierte en el timonel de su propio destino, la historia cambia y ese día cambió".

¿Cómo podemos hoy aprovechar este aprendizaje para lo que estamos enfrentando? ¿Realmente estamos haciendo algo por vivir o nos estamos enfocando en la supervivencia? ¿Estamos acaso creando una nueva historia o buscamos regresar a la normalidad? Nuestras decisiones hoy son relevantes para el futuro.

Estamos frente a la oportunidad de tomar la decisión de vivir y dejar de sobrevivir, ya que desde ahí estaremos construyendo lo que viene. La supervivencia nos ubica en la competencia todo el tiempo. Es pelear para seguir vivos en lugar de vivir unidos para avanzar a un nuevo futuro. Los "sobrevivientes" de los Andes no nos hubieran contado la historia si hubieran peleado por sobrevivir. Yo siempre he creído que hay que vivir un día a la vez, pero dependerá desde donde lo vivas para que saltemos el futuro predecible y, poder así, crear una nueva historia.

Sobrevivir nos separa y vivir nos une. Por lo tanto sobrevivir es excluyente y vivir es incluyente. Sobrevivir nos hace observarnos con diferente color de piel y estatus social, separa al que cree que sabe con el que no ha tenido la oportunidad de aprender y hace diferentes al hombre de la mujer. Sobrevivir nos paraliza hacia el exterior y nos convierte en egoístas dejándonos como simples espectadores ante el maltrato a los demás, mientras no se metan con uno. Al final, podemos observar que hemos pasado todos estos años en modo de supervivencia delineando territorios para definir lo que es de cada uno, cuando vivimos en un planeta que puede darnos vida a todos.

Hoy escuchamos constantemente que vienen situaciones difíciles para nuestras vidas en temas económicos y de impacto social ¿Qué estamos haciendo al respecto? ¿Qué decisiones estamos tomando para construir algo nuevo? Si continuamos en modo de supervivencia, solo quedará el deseo de blindarnos a este futuro predecible ya que estaremos creándolo en automático inconscientemente.

Si nos observamos en autorreferencia, podemos ver que todo lo que está sucediendo en México y el mundo nos esta mostrando nuestra separación y continua competencia. No es fácil observarlo ya que, cuando estamos polarizados en algún tema, buscamos culpables para huir de nuestra responsabilidad. El resultado de esta creación en lo colectivo, es la atracción de líderes que aparecen en todo el mundo regalándonos las posibilidades para la polarización.

No somos regios o chilangos, ni Fifis o Chairos, no es la BOA contra la Morena, ni la izquierda contra los empresarios. No es una guerra que nos separa sino una paz que nos une. Mientras sigamos viendo desde la supervivencia todo esto, seguiremos construyendo más de lo mismo.

Empecemos a vernos desde el centro, lejos de los polos, sin juicio ni culpables para encontrar las soluciones que unan a todos y no seguir proyectando la separación.

Somos guerreros de vida y no lo hemos entendido bien. Se nos ha compartido, desde las filosofías más antiguas hasta las más nuevas, que todo viene desde el interior de cada uno. Inclusive hay historias como ésta la de los Andes que lo han demostrado. No lo hemos aprendido gracias al ego que despierta nuestro instinto primitivo de supervivencia. Vivir conscientemente nos permite construir una nueva y mejor historia en equilibrio para todos. Sé que el camino no es fácil ni corto pero si queremos cambiar el rumbo debemos empezar ahora. Esto es decisión de cada uno ¿Vivir o sobrevivir?

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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