Monterrey

Alejandro Zertuche: ¡Es momento de salir!

Hoy podemos liberarnos de esta cárcel mental y emocional, comenzar una vida más centrada, plena y mas consciente.

Te has preguntado ¿Cuándo debiera ser el mejor momento para salir después de la pandemia?

No todos se han quedado completamente en el confinamiento y existe una mayoría que se siente encerrado o limitado por el hecho de no poder ver a familiares, amigos o colegas en el día a día. Existe un deseo de salir a los lugares públicos como restaurantes, parques, cines o conciertos o simplemente a un paseo en familia a cualquier lugar de tradición.

Inconscientemente nos sentimos encerrados. Esto detona diferentes comportamientos biológicos que, aunados al miedo a la enfermedad, trae consigo descalabros económicos y pérdidas de seres queridos. Nadie quiere morir, ni que muera alguien cercano, sin embargo todo el tema del Covid-19 se enfoca en como crece la cantidad de enfermos, fallecidos y entre mensajes de "curvas" que no son planas aún. No se diga la información y polarización en las redes sociales repletas de "fake news" que lo único que hacen es sumar mayor carga a ese miedo inconsciente.

Hoy vivimos un confinamiento inconsciente que nos mantiene aún mas "encerrados" gracias a lo que estamos pensando y sintiendo. Es algo parecido al muro del presidente Trump. Desde que presentó la propuesta los mexicanos ya lo habíamos creado en nuestra mente y peleábamos constantemente contra algo que solo era eso; una ilusión. Ahora si realmente tenemos un distanciamiento físico que se profundiza y se hace mas pesado por como lo interpretamos y por nuestras ganas de finiquitarlo. Lo peor que nos puede traer esto es más enfermedad y distracción mermando lo que verdaderamente importa que es nuestra calidad de vida.

Ya hay ciudades en nuestro país, específicamente en Nuevo León, que están proponiendo pasar a la etapa de recuperación de la "nueva normalidad". Son ciudades que iniciaron antes su confinamiento que la media nacional y la preocupación tiene que ver con la economía de la región. Esto pudiera ser una ayuda para ir bajando la presión emocional y mental que el miedo ha convertido en lo peor de la cuarentena.

¿Realmente estamos listos para salir a las calles? Seguramente no todos lo estamos. Podemos observar lo que sucedió en otros países en donde la gente salió desesperada tratando de buscar la normalidad. Ahí esta nuestra oportunidad. ¿Qué es la normalidad? ¿Nos hemos dado cuenta de que la normalidad es un paradigma? ¿Hemos aprendido que es un juicio individual acerca de como uno vive día a día? ¿Estaremos atrapados en esa normalidad? El mejor regalo de este confinamiento es el darnos cuenta de todo esto.

Mas allá de querer salir y enfrentar todo el impacto que ha traído la pandemia, lo mejor que podemos hacer es romper el paradigma de la "normalidad" y resignificarlo. Hoy podemos liberarnos de esta cárcel mental y emocional, comenzar una vida más centrada, plena y mas consciente.

Nuestra "normalidad" ha hecho que construyamos un estilo de vida alrededor de nuestro planeta que solo está enfrentándonos a nosotros mismos. Es momento de transformarnos en seres coherentes con todo lo que hacemos, de lo contrario acabaremos con nuestras posibilidades de vida futura. Lo que vivimos hoy es el resultado de lo que hemos sido. No importa quién esté atrás de cualquier movimiento que destruya. Todos seguimos siendo parte de este sistema que hemos creado; en donde la "normalidad" nos aleja de sentirnos que somos parte de un todo y nos ciega de lo que sucede, ya sea al otro lado del mundo o a la vuelta de la esquina, mientras no afecte mi "normalidad".

No importa la etapa de la pandemia que estemos viviendo. Hoy estamos a tiempo de dejar atrás la "normalidad" y decidirnos por una economía auto-sustentable, una política coherente y una nueva forma de colaborar consciente con todos los seres vivos del planeta. Dejemos el deseo de salir físicamente y empecemos a salir de nuestra "normalidad inconsciente" ¿Estás listo?.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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