Alrededor del 75% de las empresas en México cierran antes de cumplir dos años, y en Nuevo León, en 2023, la creación de micros, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) disminuyó un 10.1%, con 1,102 Mipymes registradas. Los números no son alentadores y debemos entender que estos resultados en el emprendimiento se deben a múltiples factores, pero ahora abordaré el elemento organizacional respecto al tipo de liderazgo en los emprendimientos y en toda empresa.
En el liderazgo, existen cuatro roles distintos que contribuyen a la gestión y el crecimiento efectivos de una organización, y cada uno cumple una función única. El Productor se enfoca en entregar resultados y asegurar la finalización de tareas; el Administrador prioriza la organización y la estructura; el Emprendedor aporta innovación y creatividad, y el Integrador fomenta la unidad y la colaboración en el equipo. Un líder equilibrado incorpora todos estos roles, pero cuando uno domina a expensas de los demás, el liderazgo se desequilibra. Este artículo explora un tipo específico de desequilibrio en el liderazgo, conocido como “El Subversor,” que surge cuando el rol Emprendedor se enfatiza en exceso, y puede ser que esto ocurre en los emprendimientos por la naturaleza de sus líderes.
Un líder Emprendedor es alguien que sabe exactamente lo que quiere y por qué lo quiere. Está lleno de ideas y tiene un propósito claro, e impulsa esas ideas hacia resultados alcanzables. Para este tipo de líder, las ideas sin resultados son frustrantes y los resultados que no nacen de grandes ideas son una pérdida de tiempo. Sin embargo, cuando el rol Emprendedor se desempeña de manera exclusiva, sin el apoyo de los otros tres roles, esto puede llevar al estilo de liderazgo caótico de un Subversor, caracterizado por una creatividad imparable con poco respeto por la estructura o la colaboración. Vale la pena aclarar que este tipo de liderazgo no es exclusivo en los emprendedores, sino que es un rol que puede verse exacerbado en cualquier líder.
Un líder Subversor es extremadamente creativo y siempre se lanza a nuevas oportunidades, impulsado por una sensación de “¿por qué no hacerlo?” en lugar de cuestionarse si tiene sentido hacerlo. Este líder a menudo siente la necesidad de empezar desde cero, destruyendo lo que ya existe, incluso si está funcionando bien. En las organizaciones lideradas por un Subversor, surgen frecuentemente nuevas direcciones, prioridades y objetivos, dejando al equipo luchando por mantenerse al día. La búsqueda incesante de cambios por parte del Subversor genera caos.
Trabajar para un Subversor puede ser increíblemente frustrante. No importa lo que hagan los empleados, el líder siempre tiene una “mejor” idea, y las prioridades cambian tan rápido que los proyectos a menudo quedan incompletos. Los empleados luchan por seguir el ritmo mientras el Subversor avanza con la siguiente idea, dejándolos abrumados y desmotivados. El líder no reconoce el caos que ha causado y, en su lugar, culpa a otros, pensando que alguien está saboteando sus esfuerzos.
La naturaleza emocional y errática del Subversor puede dificultar la comunicación. Utiliza un lenguaje exagerado, haciendo declaraciones como “nunca”, “siempre” o “imposible”, e intimida a los demás con sus fuertes opiniones. Las preocupaciones financieras son solo detalles, y el enfoque permanece únicamente en el valor que el líder piensa que está creando. Esta falta de practicidad puede llevar a éxitos grandes a corto plazo, pero al fracaso a largo plazo.
Los Subversores también tienden a rodearse de subordinados débiles. Necesitan ganar cada argumento, y los miembros del equipo con opiniones fuertes representan una amenaza para su autoridad. Los empleados aprenden a no desafiar las ideas del Subversor, ya que el rechazo a sus planes se percibe como un ataque personal. Esta dinámica obliga a los subordinados a llevar a cabo tareas que saben que no son prácticas, y cuando las cosas salen mal, el Subversor culpa al personal por no entender su visión.
Otra característica definitoria del liderazgo del Subversor es la constante rotación de personal. Con frecuencia contrata a nuevos empleados, creyendo que el último en llegar es el ajuste perfecto. Sin embargo, este período de luna de miel dura poco, y en cuestión de meses, el Subversor se desilusiona y busca un nuevo empleado, perpetuando un ciclo de contratación y despido.
A pesar de todo esto, un Subversor rara vez siente la necesidad de cambiar. Cree que es el único con la visión correcta, y si las cosas no van según lo planeado, es porque los demás no se han adaptado a sus ideas.
El liderazgo de un Subversor puede traer éxito inicial debido a su creatividad y espíritu emprendedor. Sin embargo, sin el equilibrio de los roles de Productor, Administrador e Integrador, este tipo de liderazgo lleva inevitablemente a la inestabilidad, la frustración y el fracaso. Para garantizar el éxito a largo plazo, las organizaciones necesitan líderes que combinen la visión con la practicidad, la creatividad con la estructura y la individualidad con la colaboración.
Ardua tarea para todo tamaño de empresas, ya que el 92% de los ejecutivos a nivel mundial creen que mejorar la cultura organizacional se refleja directamente en el aumento del valor generado por las compañías, dato relevante para Nuevo León donde muchas empresas están enfocadas en fortalecer su cultura interna. Ese es el camino.
El autor es consultor de gestión global, como fundador y director ejecutivo del Instituto Adizes, ha dedicado su carrera para ayudar a organizaciones a mejorar su desempeño y efectividad a través de la Metodología Adizes.
Contacto: www.Adizes.com