Monterrey

Luis Treviño Chapa: Todos importantes, nadie indispensable

La regla más importante para tener un equipo de alto desempeño.

Digamos que llevo veintitantos añitos trabajando profesionalmente. He tenido la fortuna de colaborar literalmente con cientos de personas en distintos equipos. Durante este tiempo he aprendido varias lecciones sobre cómo lograr formar equipos de alto desempeño. De todas ellas, para mí, la más importante es una regla que debe seguirse siempre o de lo contrario, eventualmente, “el tren se puede descarrilar”. La regla es la siguiente: “todos importantes nadie indispensable”.

Hoy más que nunca, la colaboración y el trabajo en equipo son indispensables.

En un equipo de fútbol soccer, por ejemplo, todas las posiciones importan; tanto el portero, como los defensas, medios y delanteros. Cualquier error de ellos puede significar un gol en contra o una jugada desperdiciada.

En una empresa sucede algo similar, ya sea con un contador, un operador o un mercadólogo; cada miembro desempeña un papel vital logrando una mejor administración, mayores ventas o mejores experiencias.

Al final del día, el resultado final de una empresa es la suma de lo que cada miembro del equipo aporta. Es por eso que es importante reconocer y valorar su trabajo y buscar como proporcionarles el apoyo y el reconocimiento que merecen. Hay que lograr que se sientan valorados y motivados para desempeñar su papel de la mejor manera.

Habiendo dicho lo anterior, también es importante mencionar lo siguiente; aunque todos los miembros del equipo son importantes, ninguno es indispensable. O al menos nadie debe serlo. ¿Qué pasa si un día, un miembro clave del equipo, tiene que ausentarse debido a una emergencia personal? El show debe continuar y en tales circunstancias, la organización debe estar preparada para mantener la continuidad operativa y seguir brindando un servicio de calidad a los clientes.

Una organización bien estructurada debe funcionar como una maquinaria bien aceitada, con procesos establecidos y una estructura clara que le permita sustituir roles en caso de ausencias. Esto requiere que cada miembro del equipo esté preparado para asumir responsabilidades adicionales cuando sea necesario, trabajando en conjunto para garantizar la continuidad y el éxito de la operación.

Ahora, es común encontrar personas en las organizaciones que buscan reflectores y ser consideradas como indispensables. Aunque esto puede reflejar un deseo legítimo de superación, a largo plazo puede ser contraproducente, ya que puede crear un ambiente de dependencia hacia el interior y limitar el crecimiento profesional de otros miembros del equipo. Por ello, es preferible cultivar una cultura donde se valore la capacidad de adaptación y colaboración por encima del deseo de protagonismo individual.

En los equipos no debe haber “personalistas”. Es preferible contar con personas que busquen el triunfo del grupo por encima de lo que le dicte su ego. Paradójicamente esto termina funcionando mejor ya que, desde mi punto de vista, uno se cotiza mejor estando con equipos ganadores.

En resumen, si bien todos los miembros del equipo son importantes, nadie es indispensable. Valorar y aprovechar las fortalezas individuales mientras se promueve la colaboración y la flexibilidad es fundamental para alcanzar el máximo potencial como equipo. Al reconocer la importancia del trabajo en equipo y la no indispensabilidad de ningún individuo, las organizaciones pueden construir equipos más sólidos y resilientes, capaces de enfrentar cualquier desafío que se les presente.

El autor es Director General de CEC Franquicias (Chuck E. Cheese) y consultor en innovación y mercadotecnia.

Instagram: luis_trech

Correo: luistrech@gmail.com

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