Monterrey

Rodrigo Caballero: Inclusión financiera a través de la creatividad y tecnología

La dinámica exponencial en el proceso de inversiones ha ocasionado una brecha económica que se va acentuando con el paso del tiempo.

El interés compuesto siempre ha sido un tema relevante para cualquier persona que viva bajo el yugo del sistema capitalista, siendo la llave de la libertad para algunos, así como el candado hacia la opresión para otros.

La dinámica exponencial en el proceso de inversiones ha ocasionado una brecha económica que se va acentuando con el paso del tiempo. Según la CEPAL en su serie de “La distribución y desigualdad de los activos financieros y no financieros en México” señalan que, en el 2017, dos terceras partes de la riqueza se encontraba en el 10% de la población en México.

Es como si dividiéramos 100 manzanas entre 100 niños y que 10 de estos niños se quedaran con 67 manzanas, mientras los otros 90 niños se tendrían que repartir los 33 restantes. Cada niño del primer grupo tendría al menos 6 manzanas, mientras en el segundo grupo, a cada niño le tocaría menos de una manzana.

Al final, esta desequilibrada repartición de riqueza no nos conviene a nadie. No obstante, el sistema actual termina realizando esta distribución por las características particulares del juego. Convirtiéndose en un tema que es preocupante y que, a medida que los procesos continúan optimizándose, la brecha podría acentuarse aún más.

Los avances relacionados a la inteligencia artificial amenazan con eliminar de la ecuación trabajos que antes considerábamos imposibles de reemplazar, como los de un analista junior de un grupo de abogados, el cual se desempeñaba corrigiendo o realizando contratos. En la actualidad, es algo que la inteligencia artificial puede realizar a un costo muy bajo. De igual forma, el trabajo de semanas de un analista financiero para generar un reporte comparativo de las distintas empresas que cotizan en bolsa, es un trabajo que hoy en día es sustituible gracias a la inteligencia artificial.

Sin embargo, mi interés por escribir este artículo no ha sido con el objetivo de desmotivarte, por el contrario, quisiera que juntos explotemos nuestra creatividad para darle un uso apropiado a la tecnología, el cual pueda apoyarnos a reducir dicha brecha.

Para darte una ida, el “crowdfunding” es uno de los principales vehículos tecnológicos que en los últimos años nos han ayudado a generar inclusión. El término en inglés se traduce a “buscar fondeo a través de multitudes”, el cual nos ha ayudado a abrir la puerta a un mundo de inversiones que anteriormente estaba limitada a solo un grupo selecto de personas con posibilidades económicas.

Gracias al “crowdfunding”, en la actualidad, una persona se puede convertir en inversionista con tan solo $1,000, teniendo la posibilidad de elegir diversos productos que hace algunos años eran imposibles. Por ejemplo, tener acceso a invertir en bienes raíces, acciones mexicanas e internacionales, prestar tu dinero a personas que buscan un crédito o hasta prestar tu dinero para empresas que buscan financiarse para obtener una nueva máquina.

El “crowdfunding” realmente es una luz de esperanza que nos muestra cómo mezclando la tecnología con creatividad, podemos buscar abrir oportunidades a personas que antes tenían las puertas cerradas en este rubro de inversiones.

Otro rayito de luz fue descubierto por Muhammad Yunus, un economista que ha ganado el Premio Nobel de la Paz por su modelo de microcréditos compartidos, el cual funciona a través de una “garantía solidaria”, consistiendo en ofrecer un crédito a una persona pero comprometiendo a un grupo de personas cercanas a firmar en el contrato como una especie de “aval”, creando así una red de apoyo-presión, ya que si no se cumple con el contrato, estos seres allegados serían afectados de no poder recibir un crédito en el futuro.

Lo increíble de Muhammad Yunus es que logró sustituir una garantía tangible por un intangible muy valioso, estoy hablando de la confianza y compromiso entre familiares y amigos. De esta forma, permite ofrecer un servicio de financiamiento a personas que anteriormente no tenían acceso.

Con estos ejemplos podemos ver cómo a través del uso de la tecnología, se ha logrado dar oportunidades en el tema de inversiones y financiamiento a personas que anteriormente no tenían esta posibilidad. Por esta razón, te invito a dejar volar la imaginación y así buscar nuevas formas para generar inclusión.

COLUMNAS ANTERIORES

Angel Maass: El Enigma de la Inflación
Robert G. Papp: Los cisnes negros y el destino de las naciones

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.