Monterrey

Juan Francisco Suárez: ¿Quiénes ganan hasta un salario mínimo en México?

Hay diferentes posturas respecto a los efectos tanto positivos como negativos que generan los aumentos al salario mínimo, pero ¿quiénes ganan el salario mínimo?

A finales del 2023, se publicaron los nuevos montos que entraron en vigor el primero de enero de este año, los cuales nos indican que en los 43 municipios que conforman la Zona Libre de la Frontera Norte el mínimo mensual es de $11,246.7 pesos, en tanto que en el resto de México es de $7,467.9, teniendo un salario mínimo diario de $374.89 y $248.93, respectivamente, lo que al final representa un incremento del 20 por ciento con respecto a los montos del año pasado.

Cuando pregunto cuál creen que es el porcentaje de trabajadores que ganan hasta un salario mínimo a personas que se encuentran ligadas en áreas ajenas a la economía, por lo general, me responden números que rondan el 60 por ciento, un porcentaje que se encuentra fuera de la realidad (al menos, actualmente). Entonces, en este escrito, quiero desglosar de manera breve las características de las personas que ganan hasta un salario mínimo, ya que es un tema que ha sido de gran interés en los últimos años.

Tomando en cuenta los tabulados del segundo trimestre del 2023 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el 34.8 por ciento de la población ocupada percibe hasta un salario mínimo. Por ello, es interesante analizar las características de los poco más de 20 millones de mexicanos que se encuentran en este grupo.

Como es de esperarse, una gran proporción cuenta con una baja escolaridad. El 33.24 por ciento tiene primaria terminada o menos; en tanto que el 36.27 por ciento cuenta con secundaria concluida. Otro grupo que se espera tenga un gran porcentaje son los adolescentes. Los jóvenes de 15 a 24 años representan el 20 por ciento de las personas que ganan hasta un salario mínimo. Un poco más de la cuarta parte de ellos se encuentran estudiando, entonces, se espera que, posteriormente, puedan salir de este grupo que tiene un ingreso bajo. Con respecto a las localidades donde se ubican, aproximadamente 11.7 millones que representan el 57.8 por ciento se encuentran en las áreas menos urbanizadas, siendo 5.3 millones específicamente en un área rural.

De los trabajadores que ganan hasta un salario mínimo, 15.5 millones se localizan en un empleo informal, lo que nos indica que aproximadamente tres de cada cuatro personas que se encuentran en esta situación no cuentan con acceso a atención médica. Además, dentro de este grupo de trabajadores informales, se tiene que aproximadamente el 40 por ciento son trabajadores por cuenta propia, 2 por ciento son empleadores y el resto son trabajadores subordinados y remunerados.

Una de las ventajas que se liga a la informalidad es la flexibilidad de horario. Si se analiza la duración de la jornada laboral, se ve una mayor distribución en este tipo de trabajos en comparación con los formales.

En la formalidad, la mayoría de los trabajadores se concentran en jornadas de 40 a 48 horas semanales y, en la informalidad, un poco menos de la mitad trabaja 34 horas o menos. Esto también se ve reflejado en las horas que trabajan en promedio a la semana, ya que en el sector informal este valor es de aproximadamente 10 horas menos.

El artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo menciona que el salario mínimo deberá satisfacer las necesidades de una o un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de las y los hijos. Evidentemente, aún con la recuperación de los últimos años, el salario mínimo no cumple con lo establecido en este artículo.

No cabe duda que los trabajadores que ganan hasta un salario mínimo son un grupo vulnerable, pero es importante saber las características de este grupo poblacional y cuestionarnos cómo se ven beneficiados por estos aumentos, ya que, por ejemplo, si no tienen acceso a atención médica por parte de sus empleadores, ¿qué nos asegura que se siga la ley con respecto al salario mínimo?

El autor es profesor investigador en la Escuela de Negocios de la Universidad de Monterrey (UDEM) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Actualmente, se encuentra trabajando en temas relacionados al trabajo infantil, movilidad social y salarios bajos.

COLUMNAS ANTERIORES

Angel Maass: El Enigma de la Inflación
Robert G. Papp: Los cisnes negros y el destino de las naciones

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.