Monterrey

Rogelio Segovia: Semana laboral de cuatro días

Con la reforma, la jornada laboral se reduciría de 48 a 40 horas de trabajo semanales.

En México se está discutiendo la viabilidad de tener una jornada de 40 horas semanales. La reforma constitucional que se aprobó en comisiones plantea que por cada cinco días de trabajo se deberán disfrutar de dos días de descanso. Con la reforma, la jornada laboral se reduciría de 48 a 40 horas de trabajo semanales (Bloomberg, 2023).

Vayamos más allá de esta reforma, y abordemos una conversación que se está dando en muchos rincones del globo. ¿Es viable una semana laboral de 4 días sin un recorte salarial?

Antes de tratar de responder esta pregunta, veamos que tanto trabaja la gente en todo el mundo. Hoy en día, y en términos generales, la gente trabajamos mucho, pero mucho menos, que en los últimos 150 años; pero si hacemos un acercamiento por regiones, todavía existen enormes desigualdades entre los países y dentro de ellos, y todavía hay avances por hacer.

En 1870, los trabajadores, en su mayoría, laboraban más de 3,000 horas al año, lo que equivale a unas 60 horas semanales durante 50 semanas al año. Actualmente, los países miembros de la OCDE trabajan en promedio 40 horas a la semana. En México la jornada legal es de 48 horas a la semana y aunque en promedio se laboran 45.1 horas; el país con mayor número de horas de Latinoamérica; en segundo lugar le sigue Colombia con 39.96 horas. EE.UU., como referencia y también considerando 50 semanas al año, trabajan 35.14.

Regresando a la pregunta acerca de la viabilidad de tener semanas laborales de 4 días, sus defensores argumentan una mejor satisfacción del personal, una reducción de enfermedades y proceso de reclutamiento más fácil.

Entre los argumentos de sus detractores encontramos principalmente costos laborales más altos por la necesidad de contratar más personal, mismos que suelen ser trasladados al consumidor, lo que termina elevando la inflación.

Para entender más los verdaderos impactos de una reducción de jornada laboral a cuatro días, en el Reino Unido (33.4 horas a la semana) se llevó en 2022 (de junio a diciembre) el experimento más grande del mundo en este sentido: un programa piloto con 61 empresas de diversos sectores y tamaños y alrededor de 2,900 trabajadores.

En dicho experimento no se implementó una semana de cuatro días “para todos”, más bien cada empresa diseñó una política adaptada a su industria particular, sus estructuras y cultura de trabajo. Por lo tanto, se desarrolló una gama de semanas de cuatro días.

Los resultados fueron positivos. De las 61 empresas que participaron, 56 continúan con la semana de cuatro días (92 %). El principal beneficios de una jornada reducida se encontró en el bienestar de los empleados.

Los datos de antes y después muestran lo siguiente: 39 % de los empleados estaban menos estresados; 71 % tenía menores niveles de agotamiento (ansiedad, fatiga y problemas de sueño disminuyeron, mientras que la salud mental y física mejoraron), y, al 54 % de los empleados les fue más fácil equilibrar el trabajo con los trabajos domésticos, y los empleados también estaban más satisfechos con las finanzas de su hogar.

En cuanto a los beneficios económicos para las empresas, se reportó lo siguiente: Los ingresos de las empresas se mantuvieron en general iguales durante el período de prueba, y la rotación disminuyó hasta en un 57 %.

¿Qué significa todo esto? En México, cuando estamos en la antesala de una reforma para bajar de 48 a 40 las horas laborales, escuchamos versiones encontradas de sus beneficios e impactos. Pero más allá de frases del tipo de “todos coincidimos en que queremos ayudar a los trabajadores, ya que traerá consigo importantes beneficios para la salud de ellos” expresada por sus impulsores; o en el caso de sus detractores, que “traerá como consecuencia un impacto negativo en la economía de los empleadores, pues aumentarán de manera significativa los costos laborales” (ambas posturas, por cierto, son falacias de generalización apresurada), no hay estudios serios disponibles de los beneficios o impactos que todo esto traerá.

La discusión en torno a la reducción de la jornada laboral, como en otras reformas ya aprobadas, refleja una valiosa evolución en nuestra concepción del trabajo y el bienestar de los trabajadores. Sin embargo, también nos recuerda que aún tenemos camino por recorrer en el perfeccionamiento de nuestro proceso legislativo y en el real impacto que este tipo de reformas tiene en empleados y empresas; algo similar al ejercicio llevado en Reino Unido. Hoy, dejando a un lado las declaraciones estridentes, es momento de reflexionar sobre cómo podemos avanzar hacia un futuro laboral más equitativo y productivo para todos los sectores de la sociedad mexicana.

Epílogo.— El desempeño de Linda Yaccarino como CEO de X (antes Twitter) no ha estado exento de polémica. Tiene poco más de 12 semanas frente a la empresa y ha sido acusada de ser solo un títere de Elon Musk, e incluso de no estar enterada de los planes que el dueño de la compañía tiene para la empresa. Pero bueno, la señora Yaccarino no puede decirse sorprendida.

De acuerdo a la biografía de Walter Isaacson sobre Elon Musk, la propia Yaccarino le sugirió a Musk que “ella podría ser la persona que él estaba buscando para dirigir Twitter”. Musk sopesó la propuesta y le advirtió, pero “yo aún seguiré trabajando en Twitter”. Hay que tener cuidado con lo que deseamos… puede volverse realidad.

El autor es Doctor en Filosofía, fundador de Human Leader, Socio-Director de Think Talent, y Profesor de Cátedra del ITESM.

Contacto: rogelio.segovia@thinktalent.mx

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