Monterrey

Muy bien y todo, pero, ¿ahora que hacemos?

En el primer semestre deeste año en el Estado se crearon 63,342 plazas formales, lo que equivale al 82.9 % de las creadasdurante todo el 2022

Desde inicios de este año, en este espacio, hemos dado seguimiento a dos temas muy puntuales: la llegada de nuevas empresas a Nuevo León como efecto del nearshoring; y la vertiginosa creación de nuevos puestos de trabajo. Como contexto de esto último, en el primer semestre de este año en el Estado se crearon 63,342 plazas formales, lo que equivale al 82.9 % de las creadas durante todo el 2022.

Este crecimiento acelerado ha implicado que se acentúe un riesgo que ha venido creciendo de forma paulatina, pero consistente: ya no hay trabajadores de donde echar mano. Y hoy, tanto a las empresas ya instaladas, como las que están por llegar les está explotando esto en las manos.

Entonces, todo esto de seguir atrayendo empresas para que se establezcan en el Estado, aunado al anuncio de grandes inversiones hechas por las ya establecidas, está muy bien y todo eso, pero, ¿ahora que hacemos con la falta de disponibilidad de talento?

Para empezar a paliar esto, hay que trabajar en dos estrategias: La primera consiste en enfocarse en lo urgente: no hay suficientes personas buscando empleo y las que hay están dispersas o con importantes brechas de competencias laborales. En esto ya se están desplegando algunas iniciativas: “100 Mujeres de regreso al trabajo” o “Empleo Trabajo Sí” por parte del gobierno; ambas son buenas soluciones, aunque solo son para enfrentar una problemática actual y urgente.

La segunda de las estrategias es enfocarse en lo importante, es decir, en las necesidades de empleabilidad a largo plazo. ¿Cómo hacerlo? Cultivar un jardín requiere de mucha agua, la mayor parte, en forma de sudor. Estas estrategias de talento a largo plazo requieren muchos recursos, la mayor parte en forma de sudor. Veamos:

1) Información actual. ¿Al menos conocemos el estatus actual del mercado? Salvo que la data este muy bien resguardada en alguna caja de seguridad, puedo afirmar que no. Las diferentes cámaras, asociaciones y sindicatos empresariales tienen información de sus agremiados y de sus sectores, no del mercado en general.

2) Identificación de necesidades: Es imprescindible entender que necesitamos. Esto no se trata de creencias, se trata de certezas. ¿Qué tipo de industria seguirá llegando?, ¿Qué perfiles requerirán las empresas ya instaladas para los siguientes diez años?, ¿Qué hay que desarrollar en cuanto a nivel de contribución, especialidad, conocimientos, competencias, beneficios?

3) Identificar fuentes de desarrollo: La crisis de talento (no está por demás aclararlo) no pasa por las posiciones ejecutivas o administrativas, son las operativas y que en su mayoría se satisfacen con carreras técnicas. ¿Has escuchado últimamente acciones puntuales que se estén haciendo en conjunto con las escuelas técnicas? En México modificar un RVOE (plan de estudios) toma al menos dos años, y egresar una primera generación al menos otros dos. Lo que hagamos hoy en desarrollo especializado, impactará, al menos, hasta dentro de cinco años.

4) Ejecutar y coordinar un plan integral: Desarrollar una estrategia es (más o menos) sencillo; lo complejo es ejecutarlo, ya que las soluciones a todo esto no serán cosechadas por ninguno de los funcionarios estatales actuales, y probablemente, por ninguno de los dirigentes de cámaras y asociaciones hoy en funciones. Y aquí surge el eterno dilema humano (gobierno o iniciativa privada) ¿por qué habría que trabajar en algo que yo no voy a cosechar?; y para los que llegarán, ¿por qué trabajar en algo que yo no planee? El eterno problema de darle continuidad a proyectos anteriores (vanidad, mi pecado favorito).

El camino no es, pero por algún lugar habrá que empezar.

Epílogo.— La semana pasada mencioné que en los próximos dos años Nuevo León llegará su “hora cero laboral”, esto es, el momento en que ya no quedarán personas disponibles para trabajar.

Bueno, un amable lector me contactó para corregirme la plana y compartirme que ese momento ya llegó. De acuerdo a las cifras que me compartió, en el Estado hay un estimado de más de cien mil vacantes acumuladas, y con tan solo 90,624 personas en disponibilidad de trabajar ya no hay más de donde echar mano.

El autor es Doctor en Filosofía, fundador de Human Leader, Socio-Director de Think Talent, y Profesor de Cátedra del ITESM.

Contacto: rogelio.segovia@thinktalent.mx

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