Monterrey

Jorge O. Moreno: Robert E. Lucas, cuando la teoría económica se toma en serio

Reflexiones sobre las principales aportaciones a la ciencia económica.

El pasado 15 de mayo falleció Robert Emerson Lucas (Premio Nobel en Economía, 1995), economista y científico social cuyo trabajo definió el camino que habría de seguir la teoría macroeconómica desde la década de los 70. Reconocido por muchas y distintas contribuciones, su análisis conocido en la literatura como “la crítica de Lucas” fue un disruptivo ataque al uso de los modelos económicos keynesianos convencionales para justificar la intervención del gobierno de una manera mecánica y reductiva, sin estudiar el contexto de su prescripción. En esta columna dedicaré algunas reflexiones sobre las principales aportaciones a la ciencia económica de este grán científico social, ejemplo para muchos de nosotros que ejercemos la profesión de economista desde la academia.

Probablemente, la contribución más reconocida de Lucas fue la introducción del concepto de “expectativas racionales” en la teoría económica. Esta idea sostiene que los agentes económicos (hogares, empresas, inversionistas, etc.) toman sus decisiones formando sus expectativas sobre el futuro integrando toda la información disponible. En este caso, la racionalidad de los agentes no descarta la posibilidad de cometer errores, sino que todos los agentes corrigen su comportamiento integrando aprendizaje. Esta idea contribuyó posteriormente a la conformalización de muchas otras hipótesis fundamentales en economía y finanzas (por ejemplo, la hipótesis de los mercados eficiantes de Eugene Fama, Premio Nobel en Economía 2013), teniendo un gran impacto en la forma en como los economistas analizan el comportamiento de los agentes y las predicciones de los modelos ya que una implicacion es que los precios integran toda la información disponible de un sistema.

Además de lo anterior, Lucas fue un actor fundamental en el desarrollo de los modelos de equilibrio general dinámico estocástico (Dynamic Stochastic General Equilibrium, o DSGE), posteriormente perfeccionado por otros autores como Eduard Prescott (Premio Nobel, 2004), Thomas Sargent (Premio Nobel, 2011 ) y Lars Hansen (Premio Nobel, 2013) entre otros. En particular, Lucas desarrolló ideas que combinan elementos de la teoría del equilibrio general, la economía dinámica y la teoría matemática analizando las condiciones necesarias para garantizar que el estudio convencional de oferta y demanda puedan consolidar un equilibrio cuya contrucción contenga un marco lógico integral. Este tipo de modelos son ampliamente utilizados en la macroeconomía moderna y ha sido fundamental para el análisis de políticas económicas y la comprensión de los efectos de los shocks económicos.

Fuertemente vinculado a lo anterior, Lucas desarrolló ideas que integran el estudio del sistema financiero y de la economía real en un entorno de equilibrio general. Este enfoque consiste en un análisis donde los precios de todos los instrumentos financieros y las mercancía son determinados simultáneamente integrando toda la información e incertidumbre sobre el futuro, permitiendo el estudio formal de la formación y ciclos de los precios de los activos financieros y su vinculación con los ciclos macroeconómicos. Así, las crisis financieras y las crisis económicas quedaron vinculadas desde “dentro” del sistema económico, como resultado de la interacción de agentes en equilibrio.

También, Lucas contribuyó a la comprensión de los efectos de corto y largo plazo de las políticas económicas. En este caso, él argumentó que las políticas monetarias y fiscales pueden tener efectos como los pronosticados en los modelos convencionales perso solo en el corto plazo, ya que a largo plazo, las expectativas racionales de los agentes económicos harán que los efectos sean limitados o incluso nulos.

Por si esto fuera poco, Lucas también realizó importantes contribuciones a la teoría del capital humano. En particular, Lucas formalizó los argumentos detrás de la idea originalmente propuesta por Theodore Schultz (Premio Nobel en Economía, 1979) y Gary S. Becker (Premio Nobel en Economía, 1992) en torno a que la educación y la formación de habilidades son inversiones productivas que mejoran la productividad de los trabajadores a lo largo del tiempo. Sus investigaciones ayudaron a establecer una base teórica sólida para el análisis de los retornos de la educación y la formación en capital humano en el largo plazo, así como su impacto en el desarrollo económico de una sociedad.

Lucas tuvo como formación de historiador en su licenciatura, y posteriormente se educó en economía en su doctorado bajo la dirección de Harold Gregg Lewis y Dale W. Jorgenson en la Universidad de Chicago. La crítica de Lucas, los árboles de Lucas, y las islas de Lucas, son sólo unos ejemplos de la importancia que las ideas de este gran economista han tenido en el uso de una narrativa clara para ejemplificar conceptos complejos que ahora son parte de la formación básica de cualquier economista. Su visión fundamentada en explorar las implicaciones de la teoría económica “hasta sus últimas consecuencias” siempre con seriedad y profesionalismo, será un legado para quienes ejercemos esta profesión desde la academia, invitandonos a una reflexión profunda sobre aquello que algunos piensan pueden comprender, y muchos otros creen que pueden controlar.

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