Monterrey

Jorge O. Moreno: El fin del INSABI y la vulnerabilidad en salud de los mexicanos

La cancelación del Instituto de Salud para el Bienestar tendrá un gran impacto en miles de hogares y en el sistema de salud.

El análisis del bienestar en una sociedad, al menos desde el punto de vista económico, se concentra en el estudio de tres grandes temas presentes en cualquier sistema social exitoso: la riqueza, la igualdad y el aseguramiento ante las diversas contingencias que amenazan la estabilidad de los hogares e individuos.

Sin embargo, al estudiar la literatura económica del desarrollo económico, es mucho más común encontrar trabajos que analizan su contraparte negativa, esto es el estudio de la pobreza, la desigualdad y la vulnerabilidad.

Mientras que el estudio de la pobreza y la desigualdad son temas mucho más comunes en artículos y libros, y su estudio data desde el inicio de la ciencia económica misma, la vulnerabilidad ha cobrado mayor relevancia desde finales del siglo pasado.

En particular, el estudio de la vulnerabilidad está vinculado a la existencia de mecanismos e instituciones que permitan a los hogares hacer frente a contingencias que impactan su bienestar y riqueza, y abarcan primordialmente aquellos vinculados a la provisión de liquidez y aseguramiento en casos catastróficos como son la pérdida de trabajo, un accidente, o una enfermedad.

Esta capacidad de enfrentar exitosamente contingencias se resume en el nivel de aseguramiento con el que cuentan los agentes económicos, mismo que permite la diversificación efectiva de riesgo entre ellos.

La cancelación del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) tendrá un gran impacto en miles de hogares y en el sistema de salud de México.

Como lo discutimos a lo largo de diversas entregas en este mismo espacio, el INSABI fue creado en 2019 como un reemplazo del Seguro Popular con el objetivo de proporcionar atención médica gratuita y de calidad a personas sin seguridad social en el país. La cancelación del mismo, ocurrido durante la última semana de abril del presente año, dejará sin acceso a servicios de salud esenciales a miles de mexicanos que contaban con este medio como mecanismo de aseguramiento.

Además, la cancelación del INSABI también llevará a una mayor inequidad en la atención médica, ya que las personas más vulnerables y de bajos ingresos a quienes estaba destinado este programa tendrían menos acceso a la atención médica.

Entre las personas que se verán afectadas ante la cancelación del INSABI se encuentran:

· Personas sin seguridad que no tienen acceso a servicios de salud debido a la falta de seguridad social.

· Personas de bajos ingresos que no pueden pagar servicios de salud privados y dependen del sistema de salud pública para recibir atención médica.

· Personas que viven en áreas rurales y alejadas de los centros urbanos.

· Personas con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y cáncer, que necesitan atención médica constante y carecían de servicios médicos.

· Personas que necesitan atención médica de emergencia, permitiendoles hacer frente a una contingencia de forma inmediata.

Además de todo lo anterior, la cancelación del INSABI podría llevar a una mayor fragmentación en el sistema de salud mexicano, lo que podría dificultar el acceso a la atención médica para muchos mexicanos.

Como muchos expertos lo han señalado, si bien el Seguro Popular era un programa que tenía múltiples áreas de oportunidad para mejorarse, éste ya operaba con relativo éxito permitiendo cubrir necesidades de aseguramiento médico a un muy amplio sector de mexicanos que no contaban con servicio médico. Hemos de recordar que por la naturaleza del mercado laboral mexicano, con más del 50 por ciento de su población en el sector informal y sin aseguramiento médico directo, se requieren mecanimos de política pública que permitan cubrir necesidades básicas de salud de los informales, esto sin poner en riesgo el acceso y la calidad de los servicios mécidos de los formales, representados fundamentalmente en el IMSS.

La cancelación del INSABI tendrá sin duda un impacto negativo significativo en la salud y el bienestar de millones de personas en México, especialmente en aquellos que dependen del sistema de salud pública para obtener atención médica. Lo también grave es que la alternativa que se perfila como solución de corto plazo, esto es transferir la responsabilidad de atención médica al IMSS con la promesa de mayores recursos, solo incrementará la presión económica, financiera y social sobre un delicado y muy vulnerable instituto de salud, cuya capacidad está excedida desde hace años, y cuyos recursos son ya limitados aún para los trabajadores derechohabientes.

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