Monterrey

Rogelio Segovia: Líderes, embajadores de marca

Para construir una buena marca empleadora se tienen que construir ambientes de trabajo agradable, inclusivos, y con oportunidades de desarrollo personal y profesional.

Decir que hoy en día vivimos en un mundo hiperconectado está por demás; aun así, parece que muchas personas no están del todo conscientes de que esta interconectividad no solo tiene un impacto en la economía global, el comercio y la cultura, también lo tiene en nuestro estilo de liderazgo, y por ende en nuestra marca personal.

Hoy, por múltiples motivos, tanto coyunturales como estructurales, gran parte de las preocupaciones de un importante número de empresas de diversos sectores está relacionado con la atracción y retención de talento. Ante esto la solución ha sido recurrir al mágico y casi místico término de marca empleadora.

En palabras breves, por marca empleadora entendemos la imagen y reputación que nuestra organización tiene tanto hacia adentro como hacia afuera de la empresa, es decir, hacía nuestros empleados y hacia el mercado laboral. Esto ayuda a las empresas, de manera interna, a retener a sus colaboradores, y de manera externa, a atraer a los candidatos más calificados. Para construir una buena marca empleadora se tienen que construir ambientes de trabajo agradable, inclusivos, y con oportunidades de desarrollo personal y profesional.

Bien, supongamos por un momento que mi empresa tiene todos los elementos para ser considerada como una buena organización para laborar, y los índices de rotación y satisfacción interna así lo corroboran, pero aún no puedo atraer al mejor talento externo. ¿Cómo puedo transmitir esto hacia afuera de la organización?

—Comunicando —dirán algunos.

Excelente respuesta, pero… ¿Comunicando exactamente qué?, pero sobre todo, ¿cómo hacerlo de manera efectiva? La teoría clásica nos dirá que primero debemos identificar la propuesta de valor del empleador, definir un público objetivo, crear una estrategia (y si puedes tener muchos distintivos que te avalen, mejor), y finalmente utilizar diferentes canales de comunicación. Todo eso suena muy bien; sin embargo, muchas y muy reputadas empresas es precisamente lo que están haciendo, y, aun así, el enfoque y preocupación sigue siendo, como un mantra, atraer y retener.

¿Por qué esto parece no estar funcionando? Porque en el mundo hiperconectado que vivimos la gente está abrumada de escuchar tantas veces y de manera tan similar lo mismo: “somos la mejor empresa para trabajar”, “con nosotros puedes cumplir tus sueños y propósitos”, “somos una empresa humanista con vocación social”. Entre tanto ruido tan similar, los mensajes, a veces un tanto huecos, se pierden en medio de la nada.

En ese caso, ¿qué podemos hacer? Algo que difícilmente una campaña de comunicación o una inteligencia artificial generativa va a lograr: conectar seres humanos con historias reales. Y, ¿cuál es la mejor forma de hacerlo? A la vieja usanza y de manera artesanal, contar historias cercanas, cálidas y personales. ¿Y quiénes son las personas idóneas para hacerlo? Los líderes de la organización.

Los líderes son los mejores embajadores de marca de una organización por el simple hecho de que son la cara visible de la empresa, tanto dentro como fuera de ella y porque son quienes establecen el tono de la cultura corporativa. Entonces, la pregunta que surge de esto es… ¿Y en dónde están los líderes? Más allá de una bonita foto corporativa tomada hace algunos años con vestimenta formal y una indefinible media sonrisa que intenta proyectar una imagen de liderazgo y confianza, ¿dónde están los líderes y por qué no están asumiendo este rol que en este momento les corresponde más que nunca?

Hasta hace algunos años existía la creencia de que los líderes tenían que mantener un perfil bajo y alejado de los reflectores, pues hacer lo contrario era sinónimo de egocentrismo, pero hoy las nuevas generaciones quieren conocer a los responsables de las empresas que los están buscando para trabajar. Hoy, a los líderes, deberíamos estarlos viendo activamente en plataformas digitales de negocios, en foros universitarios y especializados, o en plataformas de conferencias cortas, hablando por ellos mismos y no necesariamente a través de un departamento de comunicación corporativa. Muchas veces ni siquiera los encontramos fácilmente en la página corporativa de la empresa más allá de un nombre y un cargo.

Mientras tanto, sigamos repitiendo como un mantra: atraer y retener, al tiempo que seguimos haciendo elaboradas campañas de comunicación corporativa para promocionar premios que digan que “somos una empresa humanista con vocación social en dónde vas a poder cumplir tu propósito”... lo que sea que eso signifique.

Epílogo.— Si queremos hacer un cambio en la función de RH y codiseñar la estrategia de negocios de las organizaciones, lo que necesitamos es adaptarnos con éxito a los nuevos entornos, humanizar nuestras organizaciones, y lograr el cambio de nuevas ideas para nuestros líderes. Esté próximo 31 de mayo y 1 de junio ERIAC Capital Humano organiza en Monterrey, N.L. el “Foro ERIAC 2023, Evolving business with human sense”. Una gran manera de seguir desarrollando nuestra visión estratégica.

El autor es Doctor en Filosofía, fundador de Human Leader, Socio-Director de Think Talent, y Profesor de Cátedra del ITESM.

Contacto: rogelio.segovia@thinktalent.mx

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