Monterrey

José de Jesús Salazar: El precio de los alimentos en México

¿Qué determina el precio de los alimentos?

En México el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas representa la división más importante de las 12 contempladas en el cálculo del índice de precios al consumidor, su ponderador es 25.763%, poco más de 1 peso de cada 4 que gastan los hogares mexicanos se destina a la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas. Entre enero de 2003 y enero de 2023 el índice de precios de alimentos y bebidas no alcohólicas creció 1.7 veces lo que creció el índice general de precios al consumidor.

¿Qué determina el precio de los alimentos?

Aunque la discusión más apropiada debe situarse en el campo de los sistemas sostenibles de alimentación, en el presente ensayo se abordará una perspectiva más estrecha y que observa la oferta y la demanda de alimentos a nivel mundial y en México.

Al ser México un país con un significativo intercambio comercial agropecuario con el exterior (117.7 millones de dólares diarios promedio en 2022), el precio nacional de los alimentos estará muy vinculado con el de los alimentos en el mundo, el coeficiente de correlación entre el movimiento mensual de los precios mundiales de los alimentos, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y el de México, publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en los últimos 33 años es alto (0.76). La información mensual de las últimas tres décadas permite estimar que, controlando por el índice global de la económica (IGAE), tanto la oferta de exportación, como la demanda de importación mexicanas de productos agropecuarios son inelásticas (reaccionan menos que proporcionalmente) al movimiento del precio relativo de los alimentos en México en términos de los alimentos en los mercados internacionales. El movimiento de estas dos variables: precios relativos e IGAE, explican más de tres cuartas partes de los movimientos del valor de la exportación e importación mexicanas de alimentos.

En el libre mercado y ante la presencia de información suficiente y verás, los precios reflejarían más las condiciones de oferta y demanda, por su parte, el mercado mundial de alimentos está limitado en su libertad y funcionamiento más eficiente por múltiples factores que en el corto y largo plazos influyen también en los precios, entre ellos: las políticas cambiarias, los cuellos de botella en las cadenas de suministro, la especulación, los choques de oferta o demanda muy vinculados a las condiciones ambientales y a las situaciones políticas, como la que ha venido presionando a los mercados desde hace casi ya una década de disputas entre Ucrania y Rusia, más aún en los últimos meses en que el conflicto llegó a la invasión armada en la geografía de estos grandes productores de alimentos.

¿Cuáles son los efectos?

Los hay negativos y positivos, el efecto del incremento real de precios de los alimentos sobre el gasto de los hogares es desigual, afecta más a los hogares de ingreso bajo, los cuales, en comparación de los de ingreso medio y alto, dedican una mayor proporción de éste a la compra de alimentos y bebidas. Se arguye también que los hogares dedicados a la producción de alimentos se ven beneficiados con un incremento real en el precio de sus productos, por su parte, si dichos hogares producen cantidades pequeñas, al nivel de autoconsumo, el beneficio procede más bien del costo evitado, mientras las ganancias principales se concentrarán en los grandes productores.

¿Qué camino de política pública seguir?

Ante la persistencia de precios relativos altos las opciones son variadas y dependen en primera instancia del objetivo primario de bienestar y progreso de cada país. Al tener acuerdos de libre comercio, las opciones usuales, consistentes en subsidios a la producción y/o controles de precios son limitadas, por su parte, la política interna puede ser muy importante para procurar que los efectos más nocivos, tendientes a aumentar la pobreza y la desigualdad no se presenten, o bien, sean atenuados. La detección oportuna y precisa de los grupos más vulnerables ante el alza del precio de los alimentos, así como la edificación de protocolos de atención inmediatos y adaptativos, resultan no solo instrumentos eficaces de acceso a la justicia social, sino a evitar problemas mayores que implicarían costos sociales cuantiosos.

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