Monterrey

Jorge O. Moreno: La tragedia del capital humano y la crisis que viene

La pandemia de COVID-19 trajo múltiples y graves problemas económicos, financieros, políticos y sociales.

Oculto entre las noticias que ocuparon los principales encabezados de los titulares nacionales, detrás de otros problemas en el ámbito nacional, mucho más allá de la polítiquería y fuerte división ideológica que impera en el ambiente, subyace una verdadera tragedia que desafortunadamente no ha recibido ni la atención ni el seguimiento que merece. Me refiero a la enorme pérdida en el capital humano en el mundo, y en particular en el país, y la falta de políticas y acciones para buscar comenzar a remediarla.

En esta columna le presento un muy breve panorama al respecto, esperando sea un llamado de atención y alerta para abrir los ojos ante la crisis que viene, y cuya solución no será simple.

La pandemia de COVID-19 trajo múltiples y graves problemas económicos, financieros, políticos y sociales. El cierre de actividades durante más de año y medio ocasionó problemas estructurales a nivel mundial, pero que de la mano de falta de políticas asertivas por parte de las autoridades gubermanentales federales del país, exacervaron sus efectos a nivel nacional.

Un breve diagnóstico sobre la pérdida de capital humano en el país da cuenta del tamaño de la tragedia que vivimos en términos de los derechos más básicos: educación y salud.

En columnas anteriores dimos cuenta de cómo la pandemia ocasionó que la desersión escolar se disparara en todos los niveles académicos, pero que ésta fue particularmente grave en los estratos de menor ingreso. Este es sólo una breve muestra del tamaño del problema que enfrentamos como sociedad. Nuevos estudios publicados por el Banco Mundial demuestran que de la mano del abandono a los estudios, el aprendizaje de los infantes que continuaron su preparación se vió significativamente afectado mostrando un retroceso significativo en las habilidades cognitivas correspondientes a lectura y matemáticas.

En particular, Harry Patrinos, experto en economía de la educación del Banco Mundial, en múltiples estudios ha encontrado que el fenómeno de “desaprendizaje” ha sido devastador a nivel mundial, pero que de acuerdo a la escasa evidencia con la que contamos, México es el país con el mayor nivel registrado en el retroceso de capacidades cognitivas.

Patrinos, citando un trabajo de Hevia y Calderon (2022), muestra que por ejemplo, en infantes de primaria entre 2019 y 2021, las habilidades de lectura se redujeron en 25 por ciento en los estratos de ingreso bajo, y 15 por ciento en los estratos de ingreso alto, mientras que las habilidades promedio de matemáticas se redujeron 32 por ciento en los estratos de ingreso bajo y un 24 por ciento en los estratos altos. Esto da muestra de un efecto global en la reducción de habilidades cognitivas generalizado, pero que al ser regresivo (esto es, los niveles de estratos inferiores de ingreso parten de una base más baja), incrementa aún más la brecha previa que existía en los niveles de aprendizaje en infantes.

A la deserción escolar y el desaprendizaje, debemos añadir otra capa de análisis al capital humano, que fue el impacto directo de la pandemia: la salud de los mexicanos.

En particular, derivado de la pandemia por COVID-19, de acuerdo con la CEPAL, la expectativa de vida de los mexicanos se redujo en promedio 4.1 años, siendo el segundo país en América Latina con la mayor caída registrada, sólo despues de Ecuador. En el mismo informe, el organismo internacional da cuenta de que esta caída es la mayor pérdida registrada en expectativa de vida en la historia reciente en la región.

Igualmente, datos de INEGI solamente para la Ciudad de México, muestran que la expectativa de vida de las mujeres en 2021 se redujo 3.5 años comparado con sus niveles previos a la pandemia, mientras que la de los hombres se redujo en 6 años de vida.

Claramente, esta caída en expectativa de vida está fuertemente vinculada a la pandemia, pero el hecho de que México muestre retrocesos superiores incluso a otros países de menor ingreso como Bolivia y El Salvador, pudiera estar asociado a cambios en al pólítica pública como lo fue el cierre de Seguro Popular, la caída dramática en los niveles de esquemas de vacunación infantil, así como los múltiples problemas en el abastecimiento de medicamentos, entre muchos otros que requieren un estudio y análisis más allá del espacio de la presente columna.

En medio de esta enorme tragedia, destacan los esfuerzos de estados como Nuevo León, quienes a pesar de las enormes presiones financieras fiscales, han desarrollado programas de atención a la salud de los más vulnerables así como políticas educativas que atiendan a la primera infancia, sin descuidar a quienes ya atienden la escolaridad básica.

El tamaño del daño en nuestro acervo de capital humano es enorme, requiere un diagnóstico serio, pero sobre todo, un compromiso sólido para su solución, pues ninguna política pública puede garantizar el desarrollo de nuestra sociedad mexicana si el fundamento mismo sobre el cual se construye ha sido mermado: el bienestar del ciudadano común, como usted y como yo.

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