Monterrey

Jorge O. Moreno: Gatopardismo: el gran reto de 2022

Estamos enfrentando muchos cambios para todo seguir igual.

En esta última columna correspondiente a 2021, comparto con usted la preocupación de la nueva variante del ya agresivo COVID-19: una nueva ola de la pandemia, la cuarta para ser más preciso.

Mientras usted lee esto, los principales diarios, medios y profesionales le informarán de las múltiples reformas que han sido aprobadas por el Congreso, de los cambios en los rubros de presupuesto necesarios para poder ajustar las cuentas públicas a los proyectos insignia de la presente administración (si, los mismos de siempre: programas sociales sin diseño, seguimiento o evaluación de impacto, el tren que está arrasando la selva y lugares arqueológicos sin explorar por igual, una refinería en un manglar que ha sido extinto, un aeropuerto inoperante, y más presupuesto a las actividades de seguridad pero que en realidad son presupuesto para complementar estos proyectos anteriores), pero también le informarán del aumento en el predial, el reemplacamiento de su auto, y que muy probablemente no recibirá un incremento en su ingreso proporcional a la inflación, ya no digamos, a los incrementos que se prevén por parte de Banco de México y sigan en la tasa de interés para intentar controlar dicho fenómeno.

Y he aquí que esta sensación de que estamos enfrentando muchos cambios para todo seguir igual, tiene un nombre, el que da sentido a la columna del día de hoy: gatopardismo.

Como muchos de ustedes sabrán, “El gatopardo” es una novela escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa, escrita entre finales de 1954 y 1957. Esta obra narra las vivencias de Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, y su familia, en Sicilia entre 1860 y 1910. El título se refiere al leopardo jaspeado (en italiano, gattopardo) que aparece en el escudo de armas de la familia Salina.

Sin embargo, el término gatopardismo adquiere su sentido actual por una frase escrita dentro de esa obra. En particular, uno de los personajes de Tancredi declara a su tío Fabrizio la conocida frase “Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”. Esta frase simboliza la capacidad de los sicilianos para adaptarse a lo largo de la historia a los distintos gobernantes de la isla, pero también la intención de la aristocracia de aceptar la revolución unificadora para poder conservar su influencia y poder. El “gatopardismo” o lo “lampedusiano” es entonces en las ciencias políticas, el “cambiar todo para que nada cambie”, paradoja expuesta por el mismo di Lampedusa (1896-1957).

La cantidad de presión sobre la clase media mexicana es demasiada si consideramos la enorme carga fiscal, pero también la presión es sobre todos ante la pérdida de poder adquisitivo del ingreso, la incertidumbre, y los enormes costos sociales que aún no se pueden dimensionar en términos de capital humano: el exceso de muertes por la pandemia (que a estas alturas, ya exceden los 700 mil mexicanos) y el deterioro en la calidad educativa de millones de niños y jóvenes que han visto mermado su proceso educativo ya por dos años, con efectos inminentes en el largo plazo.

Recientemente se estrenó en una conocida plataforma de contenido por pago una película titulada “Don’t look up!” protagonizada entre otras leyendas del cine por Meryl Streep, Leonardo Di Caprio,y Jennifer Lawrence. Al margen de sus gustos cinéfilos o de la negativa calificación de expertos críticos a tal obra, la premisa y argumento de la película no dejó de sorprenderme: una candidata a doctora y su profesor en una universidad estatal de Estados Unidos descubren un nuevo comenta cuya trayectoria viene directamente a la Tierra garantizando la aniquilación total de todos y de todo. Sin dar mucha información sobre la trama, le cuento que mientras ellos hacen todo lo posible por informar los inevitables hechos, el resto de la humanidad pareciera hacer todo lo posible por ignorarlo, cambiando miles de cosas intrascendentes para que todo siga funcionando igual a pesar de la aniquilación segura. Me recordó tanto nuestro México y el mundo en general en esta pandemia, esperando “el regreso” a un cada vez más distante 2019, cuya realidad no será más que un recuerdo, pues el COVID-19 es y será nuestra realidad, a la cual seguiremos adaptándonos, entre cubrebocas, sana distancia, y nuevos medicamentos mientras el virus muta, se esparce, y se niega a desaparecer.

Y en medio de los mayores incrementos diarios en contagios por esta enfermedad en Europa, cierres de vuelos, y alarmas a nivel mundial, una parte de nuestro México está enfrascado en negar los problemas intentando implementar una consulta que, gastando mucho, no cambia nada.

Y como diría Galileo, pero parafraseando a Hayek, nuestra sociedad en su conjunto se sostiene reorganizándose a diario para sobrevivir frente a los cambios que ocurren para que todo siga igual: pandemia y crisis económica incluida.

¡Gracias por el honor de su lectura en estos casi 6 años de proyecto editorial! ¡Éxito y bendiciones en este nuevo inicio y nos leemos, ceteris-paribus, en este mismo espacio dentro de 15 días!

El autor es Doctor en Economía por la Universidad de Chicago. Autor de diversos libros y artículos académicos. Ha recibido múltiples reconocimientos nacionales e internacionales por su trabajo académico y de investigación. Actualmente es Profesor-Investigador de la Facultad de Economía UANL. Web: www.jorgeomoreno.org.

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