Monterrey

Carlos Vivar: La “nueva” propuesta de valor de Recursos Humanos

La digitalización nos permitirá contar con procesos más simples y amigables, ayudándonos a mejorar la experiencia del empleado.

Hace algunos años leí acerca de un concepto denominado “modernidad líquida”, acuñado por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, el cual nos habla de una sociedad en la que las condiciones de actuación de sus miembros cambian antes de que las formas de actuar se consoliden en unos hábitos y en unas rutinas, describiendo ese comportamiento como propio de nuestra humanidad en periodos de cambio permanente. Las circunstancias que estamos viviendo, motivadas por la pandemia del Covid-19, me hace pensar que dicho término está hoy más vigente que nunca.

El 2020 casi todas las compañías en el mundo comprobaron que hasta el plan de negocios más perfecto puede irse al bote de basura en solo días y que los modelos de negocios exitosos no tienen el futuro asegurado en un mundo tan impredecible y cambiante como en el que vivimos.

Para las áreas de Recursos Humanos, ya no debería quedar ninguna duda de que estamos en medio de un periodo en el que los modelos y procesos de gestión de personas están evolucionando y transformándose a velocidad exponencial. Esto motivado, en gran parte, por la creciente digitalización de nuestras compañías, por el replanteamiento de muchos modelos de negocio, así como por la introducción de modelos híbridos en los sistemas y procesos de trabajo.

En este contexto el desafío para Recursos Humanos adquiere más relevancia, porque nos toca ayudar a nuestras compañías a seguir siendo exitosas en esta nueva realidad, a transformarse digitalmente, a construir un propósito con sentido, a desarrollar las capacidades que serán necesarias en los próximos años, a desarrollar las nuevas habilidades que deberán tener nuestros líderes, a incrementar la productividad de nuestra fuerza laboral, así como a seguir desarrollando y fidelizando al talento que requeriremos en el futuro para garantizar la continuidad del liderazgo.

Para ello hay cinco imperativos sobre los cuales tenemos que construir la “nueva” propuesta de valor de Recursos Humanos: agilidad, flexibilidad, manejo de datos y comunicación.

La agilidad nos permitirá garantizar que nuestras respuestas sean oportunas, considerando que el negocio no puede ni debe esperar a que tengamos la solución perfecta. La flexibilidad nos ayudará a armonizar las cada vez más diversificadas necesidades de nuestras compañías con sistemas de trabajo que se adapten a diferentes realidades. El manejo de datos asegurará que hablemos siempre en el lenguaje del negocio y podamos demostrar, con indicadores y analíticos, el valor que agregan nuestros procesos. La digitalización nos permitirá contar con procesos más simples y amigables, ayudándonos a mejorar la experiencia del empleado. Finalmente, la comunicación hará posible que todos conozcan nuestra propuesta de valor, pero con mensajes segmentados para todos nuestros públicos internos.

A finales del año pasado, cuando comunicamos nuestro Plan de Capital Humano 2021 en Arca Continental, decidimos incorporar los cinco imperativos mencionados agrupándolos en un concepto que denominamos “Fórmula del Éxito”. Esto lo hicimos para demostrar que, para tener éxito, no basta sólo con un buen plan, sino que debemos actuar teniendo esos imperativos como guía.

Estoy seguro de que si incorporamos estos conceptos en nuestra gestión de Recursos Humanos, podremos potenciar nuestra propuesta de valor en un futuro cada vez más desafiante, tanto para nuestras compañías como para nuestra función.

El autor es un ejecutivo peruano senior en Gestión Humana, con más de 35 años de experiencia en empresas multinacionales de servicios y de consumo masivo. Actualmente es Director de Talento en Arca Continental. Es licenciado en Relaciones Industriales y tiene un MBA por el PAD de la Universidad de Piura (Perú).

Opine usted: editorial@eriac.com.mx


COLUMNAS ANTERIORES

Víctor Romero: Espacios de colaboración
Alcanzan acuerdo interlínea VivaAerobus y Avianca

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.