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BCE recorta estimado de inflación en 2017; euro, fuente de incertidumbre

El presidente del BCE, Mario Draghi, redujo sus proyecciones de inflación para reflejar la fortaleza del euro, pero elevó algunas de sus estimaciones de crecimiento de la economía de la zona euro en 2.2%, frente al pronóstico anterior de un avance de 1.9%.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi,  afirmó este jueves que se debe tomar en cuenta el debilitamiento de la inflación debido a la fortaleza del euro mientras se prepara para reducir su programa de estímulo sin precedentes.

El funcionario hizo estas declaraciones después de que el BCE mantuvo las tasas de interés de referencia en sus mínimos récord y confirmó que las compras de activos continuarían en 60 mil millones de euros (71 mil 760 millones de dólares) por mes al menos hasta diciembre.

Esto sugirió que la largamente esperada disminución del estímulo podría ser más gradual de lo que actualmente anticipan algunos operadores del mercado.

Esa posibilidad se afianzó al verse reflejada en la decisión del banco central de la zona euro de reducir las proyecciones de inflación para el próximo año y 2019, en gran medida debido al repunte de 13 por ciento que tuvo el euro contra el dólar este año ante una sólida recuperación económica.


"El panorama de mediano plazo para la inflación fue revisado a la baja en las proyecciones de los técnicos, principalmente debido a la apreciación del tipo de cambio, lo que significa que deberemos tener en cuenta este elemento de nuestro conjunto de información en las decisiones de política", dijo Draghi en la conferencia de prensa regular tras el anuncio de las tasas.

Agregó que ahora existía un amplio consenso dentro del BCE, de que la volatilidad cambiaria era una "fuente de incertidumbre" en la formulación de la política monetaria.

Subrayando el dilema que enfrenta el BCE, el euro ascendía al máximo en nueve días por encima de 1,20 dólares mientras Draghi hablaba.

Más temprano, el BCE dejó sin cambios su orientación de política a futuro, incluso reteniendo la opción de aumentar las compras de activos en caso de ser necesario. "Si el panorama se torna menos favorable (...) el Consejo de Gobierno está listo para incrementar el programa en términos de tamaño y/o duración", dijo el BCE en un comunicado.

El problema para el BCE a la hora de decidir si sigue o deshace las compras de activos es que mientras el crecimiento es sólido, la inflación continuará por años debajo de la meta del BCE, de casi 2 por ciento, ante la debilidad del mercado laboral y la ausencia de un crecimiento salarial significativo.

Draghi citó la fortaleza del euro como un motivo de los menores pronósticos de inflación. Ahora se prevé un crecimiento de los precios a una tasa de 1.2 por ciento el próximo año comparado con el 1.3 por ciento previsto en junio y de 1.5 por ciento en 2019, desde 1.6 por ciento.

Si bien el BCE ha preferido ajustar su mensaje al menor de los incrementos, el tiempo se acaba para una decisión, ya que el esquema vence en diciembre y el BCE solo tiene dos encuentros de tasas más este año, el 26 de octubre y el 14 de diciembre.

Draghi simplemente reiteró que los funcionarios decidirán este otoño boreal, agregando: "probablemente la mayor parte de esas decisiones se tomará en octubre".

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