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Si Trump destraba 2 billones de dólares de los bancos, ¿a dónde irían?

Mientras el presidente buscaría que los recursos se inyectaran en la economía de EU, consultores afirman que los estadounidenses no se verán beneficiados por la banca, sólo accionistas, por lo que recomiendan endurecer el otorgamiento de créditos comunes.

Si Donald Trump consigue lo que quiere en la reforma de la regulación bancaria, eso liberaría algunos de los miles de millones de dólares de capital que los bancos se vieron obligados a acumular después de la crisis financiera. Menos claro resulta qué destino les darán.

Después de que el gobierno publicara esta semana un muy esperado informe de 150 páginas, los analistas de Wall Street han pasado dos días produciendo una serie de notas que digieren sus propuestas. Los analistas de Goldman Sachs Group calcularon que los cinco mayores bancos, excluido su propio empleador, tienen 96 mil millones de dólares, de exceso de capital. Bank of America dijo que el plan podría destrabar hasta 2 billones en préstamos nuevos.

¿Pero es así como se usaría el dinero? El presidente Trump querría que los bancos inyectaran su ganancia inesperada en la economía, otorgando más préstamos a los dueños de casas, a las pequeñas empresas o a compañías que desean expandirse.

Algunos en Wall Street pronostican que mucho irá a parar directamente a los bolsillos de los accionistas. Una de las medidas flexibilizaría las pruebas anuales de resistencia, dando a las empresas libertad de acción para aumentar los dividendos, según escribieron los analistas de Credit Suisse Group AG en una nota del 24 de mayo anticipándose a las propuestas.

"Son entidades orientadas a los accionistas, en primer lugar", dijo David Hendler, fundador de la consultora Viola Risk Advisors, con sede en Nueva York. "Distribuirán un poco más de dividendos o recomprarán acciones, sobre todo."

Un problema es que los prestatarios calificados tienen un amplio acceso a la financiación y no están demandando más, una caída que los ejecutivos de los bancos han lamentado. Por otra parte, la morosidad en las tarjetas de crédito y los préstamos para automotores ya está creciendo.

La tasa de pérdida de los préstamos para automóviles hechos a personas con buen crédito y colocados en forma de bonos, por ejemplo, fue la más alta en el primer trimestre desde 2008, señaló S&P Global Ratings en un reciente informe.

Algunos grandes bancos estadounidenses han planteado en las últimas semanas la inquietud de que los consumidores tengan incluso un excesivo acceso al crédito, lo cual incrementaría el riesgo de que los acreedores se quemen.

Es más probable que el prestamista de tarjetas de crédito Discover Financial Services endurezca y no que relaje los criterios de préstamos en los próximos meses para evitar problemas como el de que los deudores están acumulando rápidamente deuda de múltiples fuentes, dijo el miércoles a los inversores el máximo responsable operativo Roger Hochschild. JPMorgan Chase & Co. ha frenado el crédito para automotores, según el jefe de banca para el consumo Gordon Smith.

"No es, en mi opinión, momento de flexibilizar", dijo el martes Smith, de 58 años, a los inversionistas en una conferencia. "El sector se halla en un punto en el que debe gestionar el crédito con rigurosidad".

Eso no disuadió al secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven Mnuchin, de avanzar con su plan el lunes.

Trump firmó en febrero un decreto para que se hiciera el informe, que sugiere limitar las pruebas de resistencia anuales de los grandes bancos a una vez cada dos años. También se eliminaría parte del examen basado en medidas cualitativas y se modificarían las normas que afectan al mercado hipotecario, a los pequeños prestamistas y los préstamos apalancados, el financiamiento arriesgado que los bancos organizan para permitir a las firmas de compra de empresas adquirir compañías con relativamente poco dinero propio.

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