CIUDAD DE MÉXICO.- Este jueves el principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) concluyó con números rojos por tercer día consecutivo.
La pérdida fue más amplia que en las dos sesiones precedentes, una caída de 0.56 por ciento, con lo cual el índice se colocó en 42 mil 613.80 unidades; mientras que el martes y miércoles las bajas fueron de pequeña magnitud, curiosamente de 0.07 por ciento cada una.
El volumen negociado ayer fue de 274.7 millones de acciones y 145 mil 413 operaciones. El balance de las emisoras operadas fue también negativo: de 104 acciones que entraron a remate, solamente subieron 38, perdieron 56 y las restantes 10 no variaron.
Las pérdidas se aceleraron en la última media hora de operaciones, ya que previamente la BMV reportaba una disminución pequeña de 0.12 por ciento.
Las acciones que más afectaron fueron AMX, con baja de 0.70 por ciento, GMéxico 1.11, Gfnorte 1.31, Gfinbur 1.76 e ICA con un desplome de 3.57 por ciento.
Las noticias del día publicadas en Estados Unidos, si bien resultaron en gran medida acordes con las expectativas de los analistas, tampoco significaron un aliciente para los inversionistas.
En la bolsa de Nueva York el índice Dow Jones perdió 0.13 por ciento para colocarse al cierre en 16 mil 846.13 unidades, mientras que el promedio S&P 500 disminuyó 0.12 por ciento, a mil 957.22 puntos.
En el mercado Nasdaq el desliz fue marginal, de apenas 0.02 por ciento, y terminó la sesión en 4 mil 379.05 puntos.
En Estados Unidos se publicaron indicadores como el ingreso y el gasto personal, así como el indicador de inflación del consumo personal, datos que se conocieron por la mañana.
De este modo, ante la falta de algún catalizador, los participantes decidieron tomar algunas utilidades.
Influyen también en estos días los movimientos de ajuste por reacomodos de portafolios, que suelen presentarse al final de un periodo; esta vez por cierre de mes, de trimestre y semestre.
Por lo demás, en Estados Unidos habló James Bullard, presidente de la Fed de San Luis, quien expresó que la economía se encuentra cerca de la normalidad y que, por tanto, las tasas de interés se moverán más pronto que tarde.
Lo anterior es una postura conocida como hawkish, y que no favorece a las bolsas de valores en su evolución de corto plazo.