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¿Qué significa que la Bolsa Mexicana supere los 50 mil puntos?

Desde el año pasado se esperaba que el IPC superara dicha marca, pero debido a condiciones adversas de 2016, fue hasta el inicio del segundo semestre que los inversionistas impulsaron el principal índice accionario ante un cambio favorable en las expectativas.

El Índice de Precio y Cotizaciones (IPC) comenzó el segundo semestre del año con una nueva marca: cerró por primera vez arriba de los 50 puntos.

Pero que el principal índice accionario de la Bolsa Mexicana de Valores cerrara en este nivel no es un reflejo la salud de la economía nacional, sino de un cambio de las expectativas que mantendrán el crecimiento económico.

Para entender esto, podemos tomar como referencia la Encuesta de los Especialistas en Economía del Sector Privado.

De acuerdo con el documento dado a conocer en enero de este año, la media de los pronósticos anticipaban un crecimiento del PIB de 1.49 por ciento al cierre de 2017, pero para las expectativas de junio, la media de las expectativas subió a 1.98 por ciento, esto es, una recuperación de casi medio punto porcentual en seis meses.

Si bien es un menor crecimiento, la economía se aleja de las expectativas de recesión que se esperaban al cierre del año anterior y por el contrario, continuará en crecimiento. Menor, pero al fin y al cabo, crecimiento.

Este ajuste en las expectativas de crecimiento del PIB para México es resultado de un cambio en las condiciones que sostendrán la dinámica económica para este año.

Entre los factores que se habían anticipado que afectarían la dinámica de México se contemplaba una mayor inflación, una mayor restricción monetaria, la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), una contracción en las exportaciones, una reducción en los flujos de divisas por concepto de petróleo y de remesas y un mayor deterioro del peso frente al dólar, por mencionar los más importantes.

Sin embargo, como se vio durante el primer semestre del año, cambiaron de manera importante  las condiciones que afectarían el desempeño económico para este año.

Aun cuando la inflación aumento a niveles no vistos en más de ocho años, el Banco de México ha ajustado su política monetaria para controlar la dinámica de los precios al consumidor. Un aumento de tasas en la economía afecta el crecimiento, ya que encarece el costo de los créditos.


Pero el crecimiento de la economía tiene dos frentes que están trabajando pese a los recortes al gasto gubernamental: el consumo interno y las exportaciones.

Por el lado del consumo interno las últimas cifras muestran que si bien hay una desaceleración, difícilmente caerá en terreno negativo. La desaceleración del consumo interno puede atribuirse a un mayor encarecimiento de las tasas de interés y a un mayor costo de las importaciones.

Mientras que, por el de las exportaciones se muestra un mayor crecimiento pese a que se esperaba una importante contracción ante la retórica antilibre comercio que tenía Donald Trump. Hasta el momento, las exportaciones mexicanas crecieron a 10.2 por ciento anual al cierre de mayo, siendo el principal comprador de nuestros productos Estados Unidos.

En el caso de los ingresos petroleros, la recuperación de los precios del crudo influyeron aumentara el valor de las exportaciones de crudo, lo que fortalece momentáneamente los ingresos públicos.

En tanto que, por el de las remesas, pese al aumento en el número de las deportaciones de inmigrantes ilegales, México tuvo un 6.3 por ciento más de ingresos de divisas entre enero y mayo de este año en comparación con el mismo periodo de 2016.

Estas condiciones son las que impulsaron al IPC a romper los 50 mil puntos.

Desde su mínimo del año y hasta este lunes, el IPC reporta un aumento de cuatro mil 556.1 puntos, equivalente a un 10 por ciento y los pronósticos apuntan a un periodo de consolidación en los siguientes meses, aunque está pendiente la renegociación del TLC y su impacto en variables como el tipo de cambio, inflación, política monetaria y crecimiento económico.

Otro factor que favoreció el impulso del mercado accionario fueron reportes de empresas mejor a lo esperado por los inversionistas, además que una recuperación del peso frente al dólar redujo la vulnerabilidad de los estados financieros a las fluctuaciones cambiarias.

Este cambio de expectativas influyo para que los inversionistas, tanto nacionales como extranjeros, aumentarán su exposición de al mercado accionario nacional que ha opacado el aumento en el rendimiento de instrumentos de renta fija.

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