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¿Ilusión o realidad? Esto es lo que está pasando con el 'rally' de las Bolsas de EU y el mundo

Analistas de Goldman Sachs y JPMorgan explican la ola de ganancias que han tenido los mercados accionarios tras las reaperturas económicas de algunos países.

La recuperación que han experimentado los principales índices en Wall Street y el mundo no es una casualidad, pero lo que sorprende es la velocidad con la que lo han hecho. Por ello, surge la pregunta: "¿Este repunte es real y, sobre todo, sostenible?".

Definitivamente, es real y se ha materializado cuando se observa el nivel de recuperación de los referentes accionarios en comparación con un mes atrás, donde tocaron niveles de 2015. Sin embargo, cuando se analiza el precio de los activos en su totalidad, la historia es diferente. En el caso del S&P 500, 20 por ciento de su composición, por ejemplo, está centrado en cinco empresas de tecnología y servicios de comunicación (las denominadas FAANG) y el resto de las 495 (no todas, pero una buena mayoría) está aún por debajo de su capitalización.

En general los índices se han recuperado globalmente a niveles vistos por última vez a principios de marzo, influenciados por una ola de medidas de estímulo que se inyectaron rápidamente, datos económicos menos desfavorables, oportunidad y ante el optimismo de que las economías están mejorando a medida que disminuyen los bloqueos.

Lo primero que hay que aclarar es que el mercado de valores no es la economía, y eso queda evidenciado con los datos reflejados día con día, algunos cada vez más negativos provocados por la pandemia del COVID-19, pero sí se alimenta de las expectativas sobre lo que viene para ella.

David Kostin, estratega de renta variable estadounidense de Goldman Sachs, comentó en un webinar organizado por el Tecnológico de Monterrey que el ajuste visto en los mercados durante marzo fue un movimiento sin precedente alguno en los mercados.

"Todo comenzó cuando algunas empresas empezaron a profundizar sus comentarios, durante la temporada de reportes anuales, sobre cómo las cadenas de suministro se estaban viendo afectadas por el confinamiento en China, que comenzó en enero, estos comentarios eran cada vez más comunes y directos y señalaban cómo las ganancias se verían afectadas", indicó Kostin.

Agregó que fue hasta la última parte de febrero que se reconoció que el daño y las consecuencias humanas y financieras se materializan en diferentes compañías.

"El primer síntoma se sintió en los mercados crediticios y en la liquidez, el 17 de marzo; y (luego) cuando la respuesta de la Reserva Federal se hizo presente el 23 de marzo, fechas muy importantes en el desarrollo de este choque, con un programa de recompra de bonos de grado de inversión por 2.3 trillones de dólares", mencionó.

Sentado desde la perspectiva de este evento en el pasado, Kostin reflexiona que lo que el Banco Central hizo, en el peor punto de la crisis, fue acotar de tajo los riesgos.

"Estábamos mirando al abismo en lo que pudo haber sido otra depresión. Desde el punto de vista de riesgos, lo que hizo la Fed y el Congreso estadounidense fue cortar la cola izquierda de las peores consecuencias inimaginables o ponerlas fuera de la mesa, que era la solvencia y la liquidez de las empresas, la desesperación por ellas fue cubierta por el Banco, después el Congreso proveyó de una serie de medidas (puente) de apoyo al desempleo y estímulos esenciales para la economía", explicó.

Con estas medidas esenciales las empresas y las personas tienen un flujo de recursos para apoyar a la economía en este proceso y así evitar un efecto dominó que se vislumbraba .

Sobre la reacción del mercado, en un momento en el que la economía está reflejando el fuerte daño, y los índices están a poco menos de 5 por ciento de estar totalmente positivos en el caso del Dow y el S&P, Andrew Goldberg, estratega global de mercado de JPMorgan, explicó que hay algunas pistas.

"La visión del mercado es probablemente un poquito más entusiasta en estos momentos, pero si tú empiezas a pensar en el mercado más como un mercado de acciones (stocks) y no sobre todo el mercado, hay dos sectores que al punto actual no han perdido dinero y ese es el sector tecnológico y el de salud, pero hay un gap del 25 por ciento entre estos sectores y una lucha para el sector financiero y energético, hay una gran diferenciación".

De acuerdo con Goldberg, si vamos un paso más allá y vemos la muestra de las 500 empresas que componen el S&P 500, desde un punto de vista de ganadores y perdedores, 400 compañías están muy por debajo de sus niveles este año; hay más de 100 empresas que están más 30 por ciento abajo.

"La gente me dice que tardaran años algunas acciones de empresas en recuperarse, me comentan que tardarán tres años las aerolíneas, empresas de viajes u ocio en recuperarse; Unitated Airlines está 67 por ciento por debajo de su precio, GM 50 por ciento, y hay un grado de certeza de los riesgos de la reapertura o una segunda ola, no siento que el mercado no esté reconociendo esto o se ciegue a la realidad económica, mucha gente tiene liquidez y reconoce los riesgos que no se han materializado", advirtió.

De acuerdo con los especialistas, el análisis se resume en las expectativas que tienen las empresas en cuanto a ingresos futuros y su hoja de balance. Mientras que el 20 por ciento tiene expectativas positivas en ese sentido, el resto ha abandonado sus estimados influenciados por el impacto del COVID-19, de tal modo que los inversionistas no están tan optimistas como se cree.

El rally ha sido fuerte, pero si en verdad estuvieran en gran momento los índices estarían agregando valor al resto de las compañías que son más sensibles a los ciclos en un momento donde apenas se están reabriendo las economías y la gente saliendo y el consumo tardará en recuperarse.

La recesión a estas alturas quizá es inevitable tras los datos en distintas regiones, el tema es qué tan profunda será, qué niveles de desempleo traerá y cómo se irá recuperando la confianza, el consumo y la actividad.

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