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Fed, de Lehman Brothers al ébola; seis años de estímulos

Aunque no se parecen en nada, los dos fenómenos tienen una característica común: su virulencia. La Fed inició su ciclo de estímulos económicos con la activación de una epidemia financiera, los concluye con la presencia del ébola

La Reserva Federal de Estados Unidos inició el ciclo de estímulos monetarios cuando un virus se activó en el mundo, el del pánico financiero tras la quiebra de la icónica Lehman Brothers.

La virulencia de la crisis fue de tal magnitud que se hizo necesaria la inyección de liquidez más significativa de la historia, los cálculos más conservadores señalan que la Fed incrementó su balance en 3.7 billones de dólares, mientras otras cifras llegan hasta 4.5 billones de dólares.

La crisis subprime inició una era de crisis globales; derivó en el primer gran periodo de inestabilidad financiera global, de la que ya no salió el mundo porque se fortalecieron los ya de por sí significativos circuitos financieros que permiten que en cuestión de segundos se muevan miles de millones de dólares.

La crisis más virulenta desde principios del siglo pasado, obligó a la determinación de la Fed para asumir un programa sin precedente en la historia financiera del planeta, a riesgo de que la economía global cayera en otra depresión igual o peor que la registrada 80 años antes.

Los mercados se comportaron a la medida, asta el momento los saldos son favorables aunque no impulsaron el crecimiento económico, solo evitaron la debacle.

Aunque el ébola es un virus propiamente dicho, con características diferentes, también ha llegado a los mercados, afortunadamente no con la misma virulencia, al menos por el momento. 

Así, los estímulos monetarios iniciaron con una crisis virulenta, y terminan con la presencia de un virus que amenaza desde hace meses al mundo en todos los sentidos, incluso el económico y financiero.

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