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Mercados emergentes, ‘la apuesta de la década’

La volatilidad internacional ha castigado los activos financieros de los principales mercados emergentes y se convirtió en un atractivo para inversionistas ya que hay una desconexión entre la realidad y los precios de mercado, de acuerdo con Franklin Templeton.

Los activos en mercados emergentes están tan baratos que podrían ser "la apuesta de la década", de acuerdo con una subsdiaria de Pacific Investment Management (Pimco), una de las mayores administradoras de inversiones en el mundo.

Ellos se unen a un creciente número de manejadores de fondos, incluidos BlackRock, Templeton y Goldman Sachs, que se están tornando más agresivos hacia esos mercados luego de tres años en los que han tenido bajos rendimientos.

"El éxodo de los países emergentes es una increíble oportunidad –y posiblemente la apuesta de la década- para el inversionista de largo plazo", dijo Christopher Brightman, analista de Research Affiliates, en un documento publicado por Pimco, su matriz.

"Tenemos una creciente confianza en nuestras posiciones en bonos y acciones de países emergentes".

Brightman también señaló que los activos de países emergentes están "excepcionalmente baratos", luego de que el índice MSCI de referencia en esos mercados cayó 30 por ciento en tres años.

En momentos en que los costos crediticios se encuentran en un nivel inédito desde la crisis financiera global, los inversores se ven compensados por algunos de los conocidos desafíos que enfrentan los mercados emergentes, entre ellos los menores precios de las materias primas y la desaceleración del crecimiento de China, según BlackRock.

Las valuaciones de los bonos ya reflejan los bajos precios de los productos primarios, y la moderación de los grandes bancos centrales globales ha hecho más atractivos los activos de mayor riesgo, lo que inyecta nueva vida a la búsqueda de rendimiento, escribieron analistas de BlackRock.

Michael Hasenstab, de Franklin Templeton, que gestiona 125 mil millones de dólares en activos, dijo que el sentimiento negativo respecto de los mercados en vías de desarrollo ha alcanzado niveles extremos.

"Consideramos que es una oportunidad fantástica, porque hay una gran desconexión entre la realidad y los precios del mercado", comentó Hasenstab.

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