Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), despejó el camino a estímulos monetarios más radicales para la zona euro, como un Quantitative Easing, para apoyar la vacilante recuperación de la economía del bloque.
"Estamos listos para ajustar nuestra política monetaria aún más", refrendó Draghi, quien resaltó que necesitará la ayuda de los gobiernos europeos para lograr los objetivos.
"Sería de gran ayuda para la orientación general de la política, si la política fiscal podría desempeñar un papel más importante junto con la política monetaria, y creo que hay margen para ello", valoró Draghi en la conferencia anual de banqueros centrales en Jackson Hole, en Wyoming.
Draghi, quien se comprometió a mantener la postura de política monetaria expansiva por un prolongado periodo de tiempo, admitió que las últimas cifras de crecimiento confirmaron que la recuperación de la zona euro permanece "uniformemente débil".
Las palabras de Draghi confirman que el BCE se prepara a aplicar una ronda de estímulos al estilo Fed, como un plan de compras mensuales de bonos; sólo restaría conocer los detalles, considerando la diferencia de los sistemas monetarios de ambas regiones.
Hasta ahora, el BCE recortó las tasas de interés a mínimos récord en junio y lanzó una serie de medidas para inyectar dinero en la vacilante economía de la zona euro, donde la inflación se ha situado en una "la zona de peligro", debajo de un 1 por ciento, por 10 meses.