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La atmósfera capitalina: seca, ácida, contaminada y con altos niveles de radiación UV y UVB. En abril y mayo, la calidad del aire será mala, anticipó la secretaria del Medio Ambiente del DF, Tanya Müller.

CIUDAD DE MÉXICO. La calidad del aire de la capital será mala en los meses de abril y mayo, en la víspera de la temporada de lluvias, debido a las altas temperaturas, la ausencia de vientos y la estabilidad en la atmósfera ocasionada por la formación del fenómeno meteorológico de El Niño en el océano Pacífico, informó la secretaria del Medio Ambiente del DF, Tanya Müller, en entrevista con EL FINANCIERO.

La funcionaria advirtió que en la llamada "temporada de ozono", que cada año va de febrero a junio, la radiación solar es extremadamente alta; inclusive este año es más alta que en años anteriores y los vientos son escasos, lo que contribuye a que no se dispersen satisfactoriamente los contaminantes y puedan activarse más precontingencias por ozono durante las próximas semanas.

De acuerdo con los registros de los rayos ultravioleta de los últimos días, alrededor del mediodía se alcanzan los 11 puntos de la escala de 11, en los que se considera a la radiación como "extremadamente alta".

"Vamos a tener temperaturas muy altas y se prevé una radiación muy alta, que es lo que permite las reacciones fotoquímicas para la generación de ozono. Está el fenómeno de El Niño también, que en la medida en que ocasione vientos más débiles, dificultará la dispersión de los contaminantes", dijo.

Ante ello, adelantó que se mantendrá la política aplicada hasta ahora por la actual administración de no suspender el Hoy No Circula en días inhábiles o festivos, pues los gases de los automóviles son los principales precursores del ozono.

Con ello, aunque sea una medida poco popular, se está siendo responsable de la calidad del aire y de la salud de los capitalinos, dijo la secretaria.

"Cada vez estamos tratando de hacer una mayor conciencia entre la ciudadanía para que en esta época de ozono haya un uso más responsable y racional del vehículo, en donde los viajes más cortos que se realizan, los puedan hacer caminando, en bicicleta o en transporte público o que se pueda compartir el uso del coche para ir al trabajo o a la escuela", dijo.

Reiteró que "lo que más impacta son las emisiones del parque vehicular. No hay forma de que haya una reducción de los niveles de ozono si nosotros, como ciudadanía, no estamos dispuestos a modificar nuestros hábitos cotidianos y a tener un uso más racional y más responsable del vehículo".

Müller explicó que para que los contaminantes se dispersen satisfactoriamente, se necesitan velocidades en el viento mínimas de diez metros por segundo, pero de acuerdo con el monitoreo, se está detectando que hay vientos de apenas cinco metros por segundo.

En cambio, las lluvias recientes en la ciudad han ayudado a limpiar y refrescar la atmósfera, reconoció la secretaria.

En la actual temporada de ozono, ya se activó dos veces la fase de precontingencia, debido a que los niveles del gas superaron los 150 puntos del Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA). La primera fue el 20 de febrero, cuando se alcanzaron 159 puntos y la segunda, el 20 de marzo, al llegar a 160.

El año pasado se registraron cinco precontingencias ambientales por ozono en la temporada, pero iniciaron casi a finales de abril. La primera se activó el 22 de abril, a las 17:00 horas al llegar a 164 puntos en la tabla del IMECA.

Con la guardia en alto

Desde julio del 2011, la fase de precontingencia ambiental por ozono se activa cuando los niveles del gas rebasan los 150 puntos IMECA.

De acuerdo con el Programa de Contingencias Ambientales del 2008, en ese año, el nivel máximo permitido de ozono era de 165 puntos IMECA, pero cada año se fue reduciendo. En 2009, lo máximo aceptable eran 160; en 2010, 155, y de 2011 a la fecha, 150.

Sin embargo, la tendencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es ir limitando más los niveles de contaminación.

La OMS señala que el nivel recomendado para evitar daños a la salud es de 100 microgramos de ozono por metro cúbico en el aire, lo que equivale aproximadamente a 46 puntos IMECA.

Organizaciones de la sociedad civil han encabezado una campaña denominada Hazla de Tos, con la cual exigen a las autoridades federales y locales ajustar los niveles permitidos de contaminantes en el aire a lo establecido por la OMS.

Al respecto, Tanya Müller estimó que dentro de al menos dos meses, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) estaría publicando los nuevos parámetros para la activación de las fases de precontingencia, con niveles más reducidos de permisibilidad.

Sin embargo, dijo que es difícil llegar a los niveles recomendados por la OMS en tan poco tiempo, ya que más bien es una meta que debe alcanzarse paulatinamente, pues es necesario dotar a la ciudad de infraestructura de movilidad que permita inhibir el uso del automóvil.

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