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¿Dónde quedaron los propósitos de Año Nuevo? 3 puntos para motivarte

Los sentimientos son una parte fundamental en lo que haces y por qué lo haces, es así que un sistema de recompensas y una mente positiva pueden ayudarte a hacer realidad tus sueños.

¿Alguna vez te has preguntado por qué somos tan buenos para plantearnos metas y propósitos, pero tan malos para llevarlos a cabo y lograrlos? Pues todo está… en tus sentimientos.

Los sentimientos son una parte fundamental en lo que haces y por qué lo haces, ya que no puedes ignorar tus emociones por la forma en la que está diseñado tu cerebro.

Los investigadores David McCabe y Alan Castel realizaron un experimento en el que leyeron a varias personas dos descripciones de una investigación ficticia, una tenía una imagen tridimensional de un cerebro con algunas partes a color, mientras que la segunda sólo tenía una gráfica. Las personas indicaron que la primera versión era la auténtica; sin embargo, ninguna de ellas lo era y ningún sujeto notó que ambas descripciones tenían afirmaciones dudosas.

Con esta investigación, se reveló que las partes antiguas de un cerebro son como un elefante, una criatura poderosa gobernada por emociones y deseos primarios, mientras que las partes nuevas (corteza prefrontal) es el jinete que dirige al elefante, es decir, más inteligente y racional. Cuando el elefante está en calma, el jinete puede llevarlo de forma fácil, esto se refiere a cuando puedes tener el control de lo que haces, pero cuando tienes hambre o estás cansado, es más fácil que rompas tu dieta o no puedes dar tu mejor juicio.

Y luchar contra tus sentimientos sólo los hará más fuertes. De acuerdo con la investigación de McCabe y Castel, a los sujetos que se les informa de un evento triste y luego se les ordenaba que intentaran no sentirse tristes al respecto, terminan sintiéndose peor que aquellas personas que están informadas del evento, pero que no recibían instrucciones sobre cómo sentirse.

Entonces, ¿qué hacer para superar la parte sentimental y lograr los objetivos?

1. Mantente positivo:
Está demostrado que los humanos suelen posponer más sus objetivos cuando están de mal humor.

Mientras que la felicidad aumenta tu productividad y te hace más exitoso. ¿Pero cómo te vuelves más optimista si no lo sientes? Controla tu progreso y festéjalo. La investigadora de Harvard, Teresa Amabile, encontró que nada es más motivador que el progreso, así como el uso de pequeñas ganancias para motivar la alegría, el compromiso y la creatividad en el trabajo.

A esto se le llama el principio del progreso y, de todos los eventos positivos que influyen en la vida laboral interna, el más poderoso es el progreso en el trabajo significativo.

2. Las recompensas
Las recompensas son responsables de las tres cuartas partes de por qué haces las cosas.

Los investigadores encontraron que las recompensas que uno cree que están en juego, son el factor más importante para predecir la dedicación y la satisfacción hacia el trabajo. Representa alrededor del 75 por ciento de la motivación personal hacia el logro.

Así que date un capricho cada vez que completes algo en tu lista de cosas por hacer. (Sí, así es como entrenas a un perro, pero también te servirá a ti ).

3. Deja que el grupo te presione
Cuando las personas se unen a grupos donde el cambio parece posible, la posibilidad de que ese cambio ocurra se vuelve más real.

El Proyecto de Longevidad, que estudió a más de mil personas desde la juventud hasta la muerte, reveló que los grupos con los que se asocia una persona determina el tipo de persona en la que te conviertes. Para las personas que desean una mejor salud, la asociación con otras personas sanas suele ser la vía de un cambio más fuerte y directo.

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