Inmobiliario

Construcción transforma procesos a partir de COVID-19

Decenas de empleados de la construcción se adaptan a nueva normalidad.

El cierre total de actividades producto de la jornada de sana distancia generó cambios profundos en los procesos de edificación del mercado inmobiliario, particularmente en obras de gran dimensión.

Projet managers, arquitectos, proveedores y constructoras empezaron un proceso contracorriente para lidiar con lo establecido en la Norma 035 y cumplir con los contratos de construcción en tiempo, precio y calidad.

"Existe una buena voluntad de las partes para entender cómo regresamos en aspectos como protocolos, densidades y separación del personal. Tuvimos que hacer actividades con más cuidado y más pausado", explica Alberto Laris, socio y director de desarrollo estratégico en GAYA Sinergia Constructiva.

Uno de los grandes retos, ha sido librar la reducción a cero del flujo de recursos para reiniciar. Sin embargo, además de la negociación con los inversionistas y desarrolladores, la tecnología es un factor determinante en la tecnificación de las obras.

Detalla que dado que la obra civil está ligada a los recursos provenientes de desarrolladores y grupos de inversionistas patrimoniales, la caída en las preventas afectó las previsiones financieras en el elementos como el crédito puente que tradicionalmente permite financiar las obras.

Más allá del diseño y edificación, hoy la construcción evalúa conceptualmente como enfrentar la problemática actual, dado que la evolución de las edificaciones está también vinculada con el impacto sicológico y bienestar de los trabajadores. "Son temas que impactan la salud mental de los colaboradores y la relación contractual con los empleadores", comenta Laris.

Por su parte, Juan Carlos Martínez, director general de BAMA Construcción cree que el momento actual abrió oportunidades para incorporar nuevas formas de edificación, al igual que las empresas encontraron en el home office cómo continuar con su operación.

En específico, incorporaron medidas para reducir hasta 45% el número de trabajadores permanentes en la obra, dado que trasladaron el trabajo de áreas como la fabricación de cortes, cubiertas y distintos elementos a talleres alternos, para ser colocados una vez que es requerido en el lugar.

"Esta solución no impacta los costos, al contrario podríamos reducir en una obra calculada en 19 meses y ajustarla a 15 porque los procesos se pueden hacer de manera simultánea, a través de los distintos contratistas que intervienen en una construcción", detalla.

Con esta nueva estrategia, logramos en un proyecto dejar a 40 personas en obra (choferes, señaleros y topógrafos) a quienes se aplican medidas sanitarias establecidas por las normas, mismas que habría sido difícil aplicar en obras con un mayor volumen de empleados.

"El cambio en la fórmula en el proceso es contar con personal técnico capacitado para supervisar los elementos que se incorporan como un Lego en el proceso constructivo. Esto ya lo veíamos anteriormente en estructuras como fachadas prefabricadas, pero éste es un cambio más profundo", concluye.

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