Food and Drink

¿Sí son chinas? Este es el origen de las galletas de la fortuna

Las galletas de la suerte, conocidas también como “galletas chinas”, tienen un origen distinto al que vive en el imaginario popular.

Hay dos alimentos que abundan en cualquier esquina del Barrio Chino de la Ciudad de México: el pan al vapor y las galletas de la suerte que aseguran revelar el futuro a través de un papelito oculto en su interior; sin embargo, lo que encierran es un misterioso origen.

Aunque en el imaginario asociamos a estas galletas con un milenario pasado en la tierra de los dragones rojos, en realidad no son tan antiguas ni nacieron en el territorio Chino o en sus tradiciones.

En el libro The Fortune Cookie Chronicles: Adventures in the World of Chinese Food, la periodista Jennifer 8. Lee se embarcó en la búsqueda de la historia de esta peculiar galleta de harina, claras de huevo, azúcar, mantequilla, vainilla y sal.

La autora expone que las galletas de la suerte descienden de una preparación similar de Japón llamada tsujiura senbei, la cual se hacía en el siglo XIX, hay documentos de dicha época donde se describe a ciertas galletas quebradizas que contenían una fortuna, se habla de su textura crujiente, endulzado con melaza y sabor parecido al jengibre.

Dichas galletas no llegaron de Japón a China, sino a Estados Unidos: “las galletas de la fortuna fueron inventadas por los japoneses, popularizadas por los estadounidenses y consumidas por los estadounidenses”, describe Jennifer 8. Lee.

A su parecer, es complicado rastrear el origen de esta preparación antes de la Segunda Guerra Mundial, pues muchas familias reclaman su autoría.

La pelea de dos ciudades por la autoría de las galletas

En la investigación de la periodista se rememora una polémica de los años 80, “una batalla de legados culturales” que llegó a juicio al Ayuntamiento de San Francisco en 1983 para determinar en qué ciudad habían nacido las galletas de la fortuna: Los Ángeles o San Francisco.

El grupo de Los Ángeles aseguraba que el inventor era David Jung, una persona inmigrante china, originaria de Cantón, quien había fundado la compañía de fideos Hong Kong Noodle Company en esa ciudad estadounidense antes de la Primera Guerra Mundial.

En tanto, el contingente de San Francisco, atribuía su creación al inmigrante japonés Makoto Hagiwara, quien tenía un Jardín de Té Japonés en el Parque Golden Gate Park en la misma época, incluso se mostró como evidencia unas parrillas redondas que supuestamente había usado para hacerlas.

Al final, el juez Daniel M. Hanlon determinó que San Francisco fue la cuna de la galleta de la suerte.

¿Por qué se cree que las galletas de la suerte son chinas?

En los años 30, los japoneses elaboraban sus galletas y las repartían a restaurantes de comida china en ciudades como California y Los Ángeles, los cuales también eran propiedad de personas originarias de Japón, pues, según testimonios de The Fortune Cookie Chronicles, no había demanda de platillos como sushi en la época y requerían de ingresos.

Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial las relaciones entre Japón y Estados Unidos se tensaron y muchos inmigrantes cerraron sus confiterías japonesas-estadounidenses.

Al terminar la guerra, algunos reabrieron, pero las galletas ya habían cambiado, pues durante el conflicto bélico China mantuvo buenas relaciones con Estados Unidos: “la percepción nacional de la comida china dio paso a la simpatía. Además, el racionamiento de carne en tiempos de guerra aumentó el atractivo de los platos chinos”, describe Jennifer 8. Lee.

Para 1946 ya se les conocía como “Chinese fortune tea cakes”. Los soldados y marineros las solicitaban en bares y restaurantes chinos de la ciudad de San Francisco, las personas estaban convencidas de que eran parte de la auténtica comida china.

“Desconcertados, pero deseosos de complacer a sus clientes, los propietarios de restaurantes chinos locales hicieron pedidos a los fabricantes de galletas de California”, describe el libro. Hoy su mayor fabricante está en Nueva York y distribuye a todo el mundo.

También lee: