Financial Times

Acuerdos comerciales podrían ganar tras elecciones en EU

Los analistas se han apresurado a interpretar las victorias electorales republicanas del martes como un repudio al historial de Barack Obama, o como un presagio de un mayor estancamiento en Washington.


Los analistas se han apresurado a interpretar las victorias electorales republicanas del martes como un repudio al historial de Barack Obama, o como un presagio de un mayor estancamiento en Washington. Sin embargo, hay un área donde la mayoría coincide en que un Congreso controlado por los republicanos y el presidente de EU pueden encontrar puntos en común: su agenda comercial.

Ésa puede ser la mejor noticia de la elección para los negocios globales y las economías de Asia y Europa con las cuales Washington ha estado negociando nuevos y ambiciosos pactos comerciales.

En años recientes, el Sr. Obama ha apostado por garantizar acuerdos comerciales "mega-regionales" con Japón y otras 10 economías de la Cuenca del Pacífico y del Atlántico con la UE. EU también encabeza negociaciones igualmente ambiciosas en Ginebra acerca de una renovación mundial de las normas que rigen el comercio de servicios.

Los líderes demócratas en el Senado, que por motivos electorales observan cuidadosamente a aquellos escépticos con respecto a temas comerciales en su base, han estado haciendo todo lo posible para frustrar esas ambiciones.

Desde enero, Harry Reid, el líder de la mayoría del Senado, ha bloqueado los esfuerzos de la administración para asegurar la llamada autorización por la "fast-track" (vía rápida) para negociar acuerdos comerciales sin temor a que el Congreso los destruya.

La administración ha convencido a sus interlocutores en las negociaciones de que procedan de todas formas, ofreciendo garantías vagas de que sería capaz de conseguir lo que se conoce formalmente como la Autoridad de Promoción Comercial después de las elecciones de mitad de período.

Pero, de un solo golpe, la toma republicana del Senado bien puede haber logrado que lo anterior suceda.

"La mayoría de mis miembros piensan que EU es el que gana en el comercio internacional", dijo Mitch McConnell, el senador de Kentucky que dirigirá el Senado republicano, a Time en una entrevista publicada el miércoles. "El presidente no nos ha enviado un proyecto de ley comercial en seis años. Espero que lo haga".


Tanto los republicanos en el Capitolio como los funcionarios de la administración dijeron en privado, en el período previo a las elecciones del martes, que esperan que un nuevo Congreso controlado por los republicanos le conceda al presidente la Autoridad de Promoción Comercial en la primera mitad de 2015.

Entre los altos funcionarios en Washington el consenso creciente es que, debido al tradicional apoyo de los republicanos al comercio, el proyecto de ley por la vía rápida se convertirá muy seguramente en una ley económica. Eso también despejaría el camino para la aprobación en el Congreso del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) que será prioridad en la agenda del Sr. Obama durante su próximo viaje a Asia.

Todavía hay una posibilidad de que, impulsados por el aumento en su apoyo, los republicanos decidan bloquear todo lo que Obama toque. Algunos partidarios del Tea Party le han comenzado a llamar al proyecto de ley por la vía rápida "Obamatrade" y han comenzado a hacer campaña en contra de la misma. Muchos republicanos también siguen siendo alérgicos a cualquier cosa que huela a cooperación con el presidente.

Sin embargo, el mayor problema puede ser la sincronización. Los grupos empresariales están ansiosos de que el Congreso se mueva rápidamente, porque temen que cualquier retraso más allá de mediados del próximo año podría hacer coincidir los esfuerzos en materia comercial con la campaña presidencial de 2016 – un momento que tradicionalmente es tóxico para los acuerdos comerciales en EEUU.

Después de que fueron evidentes los resultados del martes, John Engler, presidente de la Business Roundtable, una agrupación de los principales directores ejecutivos de EU, instó al Congreso a concederle al Sr. Obama la autoridad de promoción comercial en la próxima sesión del Congreso.

Parece poco probable que tal cosa suceda rápidamente, dicen los ayudantes, tanto en el Capitolio como en la administración, en gran parte debido a que los republicanos querrán asumir la propiedad de cualquier victoria legislativa en materia de comercio.

La lucha por la autorización por la vía rápida, que fue aprobada por última vez en 2007 bajo el presidente George W Bush, es tradicionalmente muy difícil. Pero gran parte de la disputa legislativa sobre la autoridad de promoción comercial ya se ha librado.

Tanto la administración como los republicanos de alto rango en el Capitolio han aprobado un proyecto de ley bipartidista que estaba a punto de circular por el Congreso en enero, antes de que Reid interviniera, y los republicanos dicen que siguen estando en gran medida felices con su contenido.

Los republicanos podrían querer modificar algunas de las disposiciones del proyecto de ley sobre normas laborales y ambientales. La administración también ha evitado en gran medida las demandas hechas el año pasado por una mayoría bipartidista en ambas cámaras del Congreso pidiendo que se incluyeran en el acuerdo de la Cuenca del Pacífico reglamentaciones estrictas en materia de divisas.

Pero ésos son sólo inconvenientes menores y barreras mucho menos imponentes para las ambiciones comerciales de Obama que las de los líderes demócratas en el Senado que ahora salen de la escena.

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