Financial Times

La triste industria automotriz en Europa



 
 
 
 
Por Henry Foy
 
 
Stephen Odell, presidente de Ford Europa, entiende muy bien el impacto del cierre de las fábricas de automóviles. Unas dos docenas de manifestantes armados con palos y bates, enfurecidos por el cierre de la planta belga de Ford, irrumpieron en las oficinas administrativas de la empresa en Colonia en noviembre pasado, estrellaron una pared de cristal y llegaron hasta la puerta de su suite.
 
 
En medio del peor momento del mercado europeo de automóviles en 20 años, Odell insiste en que deben cerrar más fábricas para acabar con la crisis que está ahogando a los fabricantes de autos del continente.
 
 

"La industria ha caído catastróficamente", dice Odell, presidente y jefe ejecutivo de Ford Europa, Medio Oriente y África. "Al final, debemos tomar las decisiones correctas para el negocio… No se puede luchar contra la gravedad".
 
 

Odell no es el único. Todos los fabricantes de volumen de Europa están sumidos en lo que podría llegar a ser la peor caída de ventas de la historia, lo que les deja con cerca de 7 millones de vehículos no utilizados por año, pérdidas anuales acumuladas de alrededor de 5,000 millones de dólares y lastimosos márgenes de ganancia negativos que los analistas prevén que continúen durante al menos 3 años más.
 
 
"Muy pocas empresas, o ninguna, están ganando dinero hoy día en Europa", dice Ivan Hodac, secretario general de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA). "A largo plazo, esto es insostenible."
 
 

Los gobiernos europeos están luchando contra la corriente. Políticos de París, Roma y Madrid, con una fuerte influencia en los fabricantes de automóviles y la determinación de proteger el empleo, han dejado claro que los nuevos cierres no son aceptables –al menos dentro de sus fronteras.
 
 

"Tiene que haber más cierres y es probable que haya un poco más de reestructuración", dice Hodac, quien representa a los fabricantes de automóviles de la UE en Bruselas.
 
 

Las ventas de automóviles en la UE se situaron en 13.1 millones de unidades en el 2012, comparado con 16 millones en el 2008, y están en camino de caer alrededor de un 7% este año, a poco más de 12 millones de vehículos. Las fábricas de la UE tienen la capacidad para construir un poco más de 19.1 millones vehículos al año.
 
 
El impacto financiero es que seis de cada 10 fábricas de automóviles en la UE están perdiendo dinero, desatando una carrera a la baja de los márgenes conforme las marcas desesperadas por vender vehículos reducen los precios e incrementan incentivos a niveles insostenibles.
 
 

Pero hay excepciones. En Alemania, la capacidad de la plantas está por encima del 80%, debido a que el Grupo Volkswagen y sus rivales BMW y Mercedes son rentables.
 
 
Muchos de los competidores de volumen de Volkswagen culpan a la obstrucción alemana por la falta de un acuerdo a nivel europeo sobre la reestructuración, debatido por el presidente de Fiat, Sergio Marchionne, con el apoyo de muchos de sus contrapartes en todo el continente.
 
 
Cierta reestructuración está en curso. Ford está cerrando dos fábricas de vehículos en Europa, Peugeot y la marca Opel de General Motors están cerrando una cada uno. Fiat cerró una fábrica en Sicilia en el 2011.
 
 
Sin embargo, los cierres equivalen a una pérdida de capacidad de un poco más de 1 millón de vehículos anuales, o aproximadamente la mitad de la reducción necesaria para que las fábricas del continente puedan cumplir con el nivel de utilización promedio de 75% que es considerado rentable, asumiendo ventas anuales de 13 millones de automóviles.
 
 

"Se ha reducido algo de capacidad… pero probablemente no lo suficiente como para que la industria funcione", dice Odell. "No tiene sentido. La demanda no está allí… Hay un claro consenso en que el mercado no va a volver pronto".
 
 
Peugeot, que depende en gran medida del mercado francés, perdió 3,000 millones de dólares el año pasado, mientras que Ford tuvo pérdidas en Europa por 1.8 mil millones. Ambos dicen que van a trabajar para alcanzar el balance de las pérdidas para mediados de la década.
 
 
Esa será una tarea difícil. Los fabricantes de automóviles Ford, Opel, Peugeot, Renault y Fiat, que en conjunto representan alrededor del 42 por ciento de las ventas de automóviles de la UE, tuvieron márgenes de operación negativos de entre el 3 y el 9% en el 2012, según un estudio de Morgan Stanley.
 
 
Pero, a pesar de que es amargo tragarse una píldora de pérdidas de 1,000 millones de dólares, una nueva reestructuración, despidos y cierres de fábricas son impensables para los gobiernos de un continente luchando con altas tasas de desempleo.
 
 
Para probar su punto, muchos ejecutivos señalan el contraste con el mercado de los EU, donde después de la quiebra de GM y Chrysler y el casi colapso de Ford, las tres compañías cerraron fábricas y renegociaron las condiciones salariales con los sindicatos. Hoy en día, despojadas del exceso de capacidad, las tres están publicando beneficios saludables. Una solución similar en Europa parece inviable.
 
 

"En tiempos de crisis, los gobiernos tienen un interés, que es mantener el empleo… ese es el interés primordial de la mayoría de los gobiernos de Europa", afirma Hodac de la ACEA. "El comisionado europeo no tiene instrumentos para hacer frente a esta situación. Está muy fragmentado, y muestra la fragmentación de Europa".
 
 
En lugar de un esfuerzo colaborativo, los directivos están haciendo todo lo posible para salir del paso.
 

Renault –como Peugeot peligrosamente dependiente de los mercados en Francia, España e Italia, que han sido los más afectados por la desaceleración de las ventas– está recortando su plantilla en 7,500 para el 2016, y ha conseguido un poco de ayuda de su socio japonés Nissan, que ha pedido a Renault que construya algunos de sus automóviles y motores.
 
 

"Estamos arreglándolo paso a paso", dice Carlos Taváres, jefe de operaciones de Renault, que construirá 82,000 Nissan Micra en su fábrica de Flins a partir del 2016. "Se trata de la eficiencia… Sólo tenemos que presentar un reto y pedir a la gente que haga un mejor trabajo".
 
 
En Italia, Fiat está mandando a sus trabajadores a casa para recibir beneficios del estado en lugar de liquidarlos, ya que las fábricas del país funcionan a menos del 50% de su capacidad, las más bajas de Europa.
 
 
"Tal vez si pudieran actuar como empresas totalmente libres y sin ninguna regulación o influencia política, cerrarían las fábricas más rápido", dice Eric Heymann, economista de Deutsche Bank en Frankfurt.
 

Ford dice que no tiene planes de recortar más su capacidad en Europa, pero está monitoreando constantemente la situación.
 
 
"Me gustaría que Europa no se interpusiera en el camino de lo que hay que hacer", dice Odell, cuyo pasillo ejecutivo con paneles de madera ahora está protegido por un cristal reforzado y acero. "Un matemático estaría de acuerdo… pero la política y las matemáticas no siempre siguen el mismo camino".
 
 
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