Financial Times

Hay esperanzas de arreglo sobre la deuda de Argentina

La saga sobre la deuda de Argentina se ha alargado por más de 12 años y, al caer el país en incumplimiento el miércoles, aún está lejos de haber concluido. Todavía quedan esperanzas de que se logre un acuerdo con el sector privado.

La saga sobre la deuda de Argentina se ha alargado por más de 12 años y, al caer el país en incumplimiento el miércoles, aún está lejos de haber concluido. Todavía quedan esperanzas de que se logre un acuerdo con el sector privado.

Una propuesta de último minuto de un grupo de bancos argentinos se derrumbó tras bambalinas poco después de que el ministro de economía, Axel Kicillof, anunció que los "fondos buitre" habían rechazado la oferta del gobierno. Pero se están alistando otras propuestas, según dicen medios locales.

"Esto aún no se ha terminado", dijo Daniel Kerner, analista de Eurasia Group en Nueva York. Sostiene que un acuerdo que involucre a los bancos locales sigue siendo el resultado más probable, y se espera que tengan lugar más reuniones en Nueva York el jueves.

Un acuerdo comprendería un consorcio de bancos que compren los bonos en moratoria de los acreedores "holdout", que rechazaron las reestructuraciones de deuda del anterior incumplimiento argentino en 2001, pero ganaron el derecho a ser compensados en su totalidad en un fallo judicial estadounidense en 2012. El pago a los acreedores "holdout" –principalmente fondos de cobertura estadounidenses– le permitiría a Argentina seguir pagando al resto de sus tenedores de bonos, después de que incumplió con la fecha límite para pagarles el 30 de julio, ya que sus pagos fueron bloqueados por el juez estadounidense Thomas Griesa.

"Podrían surgir otras propuestas", admitió una persona (quien pidió el anonimato) involucrada en las fallidas negociaciones entre los bancos y los acreedores "holdout". La propuesta, que había sido encabezada por la asociación de bancos de Argentina, ADEBA, y tenía el respaldo de varios bancos estadounidenses, incluyendo Citigroup, HSBC y JPMorgan, consistía en una oferta de compra de la deuda de 1.6 mil millones de dólares de los acreedores "holdout" con un descuento de 20 por ciento, o 1.4 mil millones, con un primer pago de 250 millones de dólares.

Sin embargo, la persona admitió estar "confundida" por las acciones del gobierno argentino, y dijo que las facciones contrarias en la administración de la presidenta Cristina Fernández fueron el principal obstáculo para un acuerdo con el sector privado.

"El discurso de Kicillof nos espantó", dijo la persona, explicando que la raíz del problema fue su inesperada insistencia en ofrecer a los acreedores "holdout" el mismo acuerdo que a los tenedores de la deuda reestructurada después del impago de 2001.

Otra persona dijo que Juan Carlos Fábrega, el presidente del banco central quien se pensaba que había respaldado las negociaciones encabezadas por ADEBA, esperaba que el acuerdo se anunciaría durante la conferencia de prensa del Sr. Kicillof.

Si no prospera un acuerdo entre los acreedores "holdout" y el sector privado, Argentina tiene otras opciones.

"Kicillof dijo que utilizará todos los recursos legales disponibles para resolver el nuevo impago selectivo, por lo que tal vez adoptarán la legislación local de acuerdo con el Capítulo 9 del Código de Bancarrota de EU", dijo Marcelo Etchebarne, abogado argentino que sigue el caso de cerca.

"O tal vez intentarán reestructurar bajo la ley local los bonos emitidos bajo las leyes estadounidenses y británicas, según lo sugerido por el consejo de gobierno, aunque no creo que sea posible", añadió.

De lo contrario, el gobierno podría optar por permanecer en impago hasta el fin de año, cuando expire la cláusula RUFO (derechos sobre futuras ofertas) que aparece en los contratos de bonos reestructurados de Argentina y que ha sido el principal obstáculo para un acuerdo con los acreedores "holdout". Dado que la cláusula prohíbe que a los acreedores "holdout" se les pague más que a aquellos que aceptaron la reestructuración de la deuda, su expiración le permitiría al gobierno reanudar las negociaciones con los acreedores "holdout".

Sin embargo, el resultado sigue siendo muy incierto, y los observadores más pesimistas esperan que la presidenta Fernández deje el problema sin resolver hasta el final de su mandato en diciembre de 2015.

"Lo único que es seguro en este momento es que Kicillof ha quemado las naves y que va a tener dificultades para conseguir que la gente lo tome en serio en negociaciones futuras", dijo Luis Secco, economista en Buenos Aires.

El Sr. Secco agregó que otra de las consecuencias probables de la rebaja de Argentina a "impago selectivo" por parte de la agencia de calificación Standard & Poor's es que los inversionistas en los swaps de incumplimiento de crédito buscarán ser compensados.

"Esta historia tiene más giros imprevistos que una mala película de terror", dijo Tim Samples, profesor de derecho de la Universidad de Georgia.

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