Financial Times

'Dreamers' deportados luchan por adaptarse a su tierra natal

A un mes de haber revocado DACA, el presidente Donald Trump parece colaborar con demócratas para permitir que los 'dreamers' permanezcan en el país, pero para algunos ya es demasiado tarde.

La familia de Luis Fernando Ortiz intentó cruzar la frontera entre México y EEUU siete veces antes de tener éxito en su búsqueda de "mejor educación, mejores trabajos, mejor de todo". Él recuerda pasar su décimo cumpleaños en la peligrosa zona fronteriza antes de lograr cruzarla.

Doce años más tarde, un encuentro con la policía en Kentucky deshizo la vida estadounidense que Ortiz había construido: una esposa, tres hijastros, un empleo en el Kentucky Derby y un título medio terminado de Administración de Empresas.

Ortiz estaba a punto de unirse a cerca de 800 mil individuos conocidos como 'Dreamers', los niños traídos ilegalmente a EU y protegidos de la deportación bajo el programa de Acción Diferida por los Llegados en la Infancia, o DACA, por sus siglas en inglés. "Lo único que estaba esperando era el permiso de DACA en el correo", dice con un acento del sur de EU.

Entonces la policía llegó a su casa. Sus vecinos los habían llamado después de escuchar una discusión entre él y su esposa. Casi en última instancia, los oficiales pidieron el número de seguridad social y la identificación de Ortiz; cuando no pudo producirlos, fue arrestado.

Su esposa no lo denunció, pero el estado sí lo hizo. Siguiendo el consejo de su defensor público, Ortiz se declaró culpable, esperando que lo dejarían libre. En vez fue entregado a los Servicios de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Una semana después de la inauguración presidencial de Donald Trump, Ortiz fue deportado a México.

Ahora, después de haber revocado a DACA este mes y exigir que el Congreso legisle sobre el tema, el presidente parece estar colaborando con los demócratas para permitir que los 'Dreamers' -en su mayoría mexicanos -puedan permanecer en el país. Es una movida que ha enfurecido a los seguidores más fanáticos de Trump.

Pero para Ortiz, quien tiene 23 años de edad, es demasiado tarde, aun si se salva DACA. Enviado de regreso a su país natal, del cual sólo había escuchado "historias locas" sobre crímenes y violencia, él estaba deprimido. "En el vuelo de deportación, pensé, tan pronto como aterricemos, voy a cruzar de nuevo la frontera… tengo que volver. ¿Qué voy a hacer en México?"

Ortiz ha descendido de su empleo de dos mil dólares en el Kentucky Derby y mil 500 dólares a la semana trabajando en proyectos de construcción y remodelación -"viviendo una buena vida, sin preocupaciones de ningún tipo"- a un empleo de 400 dólares al mes en un centro de llamadas en una zona de la Ciudad de México conocida como la "pequeña Los Ángeles" debido al gran número de repatriados que viven ahí.

Abundan los ataques de ansiedad y la depresión. Con o sin DACA, muchos mexicanos indocumentados viven atemorizados en EU. Esta semana, un informe del Pew Research Center mostró que sólo 13 por ciento viviría en EU sin papeles comparado con 20 por ciento en 2015.

"Trabajé tan duro", dice entre sollozos Manuel Hernández, de 34 años, en la sede de New Comienzos en el centro de la Ciudad de México. Él era propietario de una pizzería que ganaba 10 mil dólares a la semana en ventas y había aplicado a DACA, pero fue deportado en abril.

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