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Atrapados en el Hotel Princess: sobreviviendo al huracán Otis

Muchas de las zonas turísticas de Acapulco permanecen intransitables, sin agua, luz, ni lo más básico.

El hotel Princess resultó con daños devastadores en su estructura tras el paso del huracán Otis. (Foto: Chirstopher Calderon)

ACAPULCO, Gro.- Miles de personas de más de 10 países que estaban hospedados en los hoteles de la Zona Diamante de Guerrero fueron víctimas del paso del huracán Otis, que dejó incomunicados a turistas, visitantes de negocios, habitantes, reporteros, y hasta empresarios y directivos mineros que celebraban la “XXXV Convención Internacional de Minería de Acapulco” en el Hotel Acapulco Princess Mundo Imperial, uno de los más afectados de la zona.

Desde el pasado martes 24 de octubre, cuando las primera ráfagas de viento anunciaron con toda intensidad la llegada de Otis, en las inmediaciones del Hotel Princess, cientos de turistas y empresarios y huéspedes quedaron incomunicados y ha sido hasta la mañana del jueves 26 de octubre cuando comenzaron a ser evacuados a cuentagotas de Acapulco, el puerto devastado por el huracán Otis, que pegó en las costas de Guerrero.

Hasta el momento, las autoridades han reportado 27 personas muertas a causa del huracán 'Otis' (Foto: Chirstopher Calderon)

Este reportero, que se encontraba en el hotel para cubrir la Convención Internacional de Minería de Acapulco, fue testigo de cómo, en el transcurso de unas horas, el hotel quedó hecho ruinas, las ventanas, los pisos y los balcones quedaron completamente desnudos.

La tensión en el Hotel Princess de Acapulco, que cuenta con mil 11 habitaciones disponibles, era palpable mientras el huracán Otis avanzaba implacable hacia la costa. Los vientos aullaban y la lluvia azotaba las ventanas, convirtiendo la noche en una pesadilla. Como reportero atrapado en el epicentro de la tormenta, mi única opción era documentar el caos que se desataba en este paraíso turístico.

Cuando la noche cayó, la electricidad se fue y el aullido del viento se volvió ensordecedor. Las ventanas temblaban y las puertas crujían bajo la presión del viento.

Las personas siguen incomunicadas debido a la falta de luz en el lugar. (Foto: Chirstopher Calderon)

El segundo día bajo el asedio de Otis nos encontró sin electricidad, sin comunicación con el mundo exterior y con la certeza de que estábamos atrapados. El hotel, que alguna vez había sido un refugio de lujo, se había convertido en un lugar oscuro y siniestro. La gente se agrupó en las áreas comunes, buscando refugio lejos de las ventanas rotas y de la lluvia que se colaba por todas partes. Aunque tuvimos alimento, agua y cobijo la sensación general se volvía cada vez más desesperada. Los empleados del hotel demostraron ser héroes anónimos, manteniendo la calma y ayudando a mantener el orden en medio del caos. La esperanza de ser evacuados disminuía a medida que nos informaban que el aeropuerto estaba inoperante, lo mismo que las carreteras.


La magnitud de la devastación era abrumadora, pero estábamos agradecidos de haber sobrevivido.

Las noticias de la llegada de ayuda comenzaron a circular, y poco a poco comenzamos a recuperar la esperanza. Con el tiempo, las autoridades lograron llegar hasta nosotros y nos evacuaron la mañana del jueves hacia un lugar seguro. A medida que miraba hacia atrás al Hotel Princes de Acapulco, el lugar que había sido nuestro refugio y prisión, no pude evitar sentir gratitud por haber sobrevivido al paso de Otis y admiración por la fortaleza de aquellos que compartieron este inolvidable episodio de nuestras vidas.

Hoteles registran pérdidas millonarias

(Foto: Chirstopher Calderon)

El hotel Pierre Mundo Imperial, dónde apenas un puñado de cuartos parece intacto tras el paso del fenómeno meteorológico que dejó destrucción, hay miles de damnificados de Otis que por ahora tienen víveres, aunque no hay luz ni acceso a internet.

El escenario en toda la zona Diamante es desolador. Colchones sobre pasillos, marcos de puertas y ventanas, así como miles de vidrios en los jardines, árboles y palmeras arrancados desde raíz por el huracán y tirados por caminos, pasillos, techos y laderas., es el común en el paisaje de toda la zona.

La crisis provocada por Otis generó pánico entre los habitantes, quienes aprovecharon la tragedia para cometer actos de rapiña en tiendas de conveniencia como Oxxo, Walmart y tiendas locales. Prácticamente, Acapulco se convirtió en tierra de nadie.

Más de 250 mil casas en Acapulco continúan sin energía eléctrica (Foto: Chirstopher Calderon)

Mineros pagan consecuencias de ‘Otis’

Pasaron 27 años desde que el último huracán, el Paulina, golpeó a Acapulco en el marco de la Convención Internacional Minera, pero en esta ocasión el evento sí tuvo que ser cancelado.

“Ningún huracán nos va a detener”, dijo el presidente de la Cámara Nacional Minera (Camimex), José Jaime Gutiérrez Nuñez, durante la inauguración del evento ocurrido la noche del martes. Dos horas después, Otis lo contradijo.

La inauguración se realizó con la ausencia de la gobernadora Evelyn Salgado, quién se enfocó en atender la emergencia que estaba por ocurrir sin evacuar el complejo Mundo Imperial.

El hotel Princess resultó con daños devastadores en su estructura tras el paso del huracán Otis. (Foto: Chirstopher Calderon)

El techo del forum, dónde fue la inauguración de la Convención , se vino abajo, la expo donde los stands y equipos pesados esperaban a 10 mil asistentes quedó inundada y sin posibilidad de rescatar los equipos. Sin un comunicado oficial, la Convención Minera había sido cancelada.

No obstante, el director del Colegio de Ingenieros de Minas, Metalúrgistas y Geólogos de México (AIMMGM) Luis Humberto Vázquez San Miguel, declaró unas horas después que el evento bianual se realizará nuevamente en Acapulco ciudad que, dijo, necesita a la minería más que nunca

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