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‘¿Quién es el que anda ahí? Es ‘Cri-Cri’', que cumple años y no ha dejado de cantar

Sus canciones tenían una gran oferta de valor: poseían características pedagógicas y narrativas que fomentaban el aprendizaje de los niños.

Un 6 de octubre de 1907, en Orizaba, Veracruz, nació el compositor de música infantil más importante no solo de México, sino de América Latina: Francisco Gabilondo Soler, mejor conocido como ‘Cri-Cri’.

Hoy, nuestro ‘grillito cantor’ estaría cumpliendo 114 años. El legado musical que dejó ‘Cri-Cri’ ha marcado a muchas generaciones desde los años treinta, que fue cuando comenzó en el mundo de la música infantil desde un programa de radio.

El 15 de octubre de 1934 a la 1:15 de la tarde, grabó su primer programa radiofónico dirigido al público infantil, el cual duró 27 años. A lo largo de este tiempo, Francisco Gabilondo Soler realizó 228 composiciones (por confirmar), 121 de ellas grabadas; más de 500 personajes, y tres mil 560 páginas de textos y cuentos. ‘Cri-Cri, El Grillito Cantor’, como se llamó su programa de radio, concluyó transmisiones el 30 de julio de 1961.

La gran mayoría de las canciones que nos dejó el maestro Gabilondo Soler fueron inspiradas en textos como las fábulas de Esopo, las historias de Julio Verne, los cuentos de Emilio Salgari, Christian Anderson y los Hermanos Grimm, pues eran algunas de sus obras predilectas. Melodías como ‘El Ratón Vaquero’, ‘Los Tres Cochinitos’, ‘El Rey de Chocolate’ o ‘La Patita’ son algunas de sus obras que marcaron la infancia de más de uno

¿Qué llevaría a ‘Cri-Cri’ a ser tan popular?

Para descifrar la respuesta a esta pregunta remontémonos a la época donde la era de ‘El Grillito Cantor’ comenzó: Eran los primeros años de la década de 1930; estábamos en medio de una transición política y cultural interesante, pues comienzan a inaugurarse recintos icónicos de la cultura nacional, como el Palacio de Bellas Artes, en 1934, mismo año en que Lázaro Cárdenas se convierte en presidente de México y comienza a impulsar con mayor fuerza la educación.

La radio comenzaba a tener un auge enorme en nuestro país por lo novedoso de este medio de comunicación, que permitía una comunicación más inmediata, al tiempo que brindaba herramientas de difusión y entretenimiento a las familias mexicanas con las radionovelas o programas que se valían del arte sonoro para crear historias.


Todo este contexto, aunado a que no existían autores de música infantil como tal, favoreció a Francisco Gabilondo Soler para ser un referente de la música infantil mexicana, pues además de todo, sus melodías y letras tenían un porqué, una enseñanza y la posibilidad de desarrollar la imaginación de sus interlocutores.

La clave: música y educación

Sí, el contexto es muy importante en el desarrollo de un músico, pero ¿es lo único que vale? No realmente. Otro de los aspectos positivos para El Grillito Cantor es que sus canciones tenían una gran oferta de valor: poseían características pedagógicas y narrativas que fomentaban el aprendizaje de los niños. Sus melodías comenzaron a ser utilizadas como ‘material escolar’ en las aulas de preescolar y primaria.

Canciones como ‘La marcha de las letras’, ‘Caminito de la escuela’ o ‘El chorrito’ se convirtieron en referentes para enseñar a identificar las vocales y su sonido, el camino que recorre cada uno cuando va día a día a la escuela al tiempo de enseñar algunos tipos de animales, e incluso los estados físicos del agua: ‘Allá en la fuente había un chorrito; se hacía grandote, se hacía chiquito’.

Diferentes tradiciones, contextos socio culturales no solo de México, sino de otras latitudes, situaciones del día a día, cuentos trasladados a canciones y la ya comentada habilidad pedagógica combinada con ritmos como fox-trot, danza, vals, tango, huaracha, danzón, canción mexicana, barcarola, habanera, jota, ritmos con remembranza oriental y tirolesa, que en la época en que las compuso eran muy populares, son solo algunos de los elementos que le valieron a Francisco Gabilondo Soler para inmortalizar sus canciones en la cultura mexicana.

Hoy, recordamos a ‘Cri-Cri, El Grillito Cantor’ como una figura emblemática de las infancias mexicanas. Ese que nos enseñó, divirtió y entretuvo no solo a nosotros, sino a nuestros hermanos, padres, abuelos o hijos. O quizá a todos ellos.

Francisco Gabilondo Soler dejó un legado cultural y musical que se mantiene presente, a 114 años del natalicio de este personaje que, a pesar de haber fallecido el 14 de diciembre de 1990, sigue vivo en cada una de sus canciones, cuentos y personajes que creo a lo largo de su carrera.

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