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Trump podría 'frenar' a Volkswagen y sí, tiene que ver con México

Tras su escándalo de emisiones, Volkswagen aún no goza de buenas relaciones con Estados Unidos, las cuales podrían verse aún más deterioradas por los lazos que tiene con México a través de su planta de Puebla.

Volkswagen se prepara para otro golpe del gobierno de Estados Unidos. Después de acordar una erogación mayor a 23 mil millones de dólares para limpiar su escándalo de engaño de emisiones de diesel, la automotriz alemana se arriesga a enredarse en nuevos problemas con Washington a medida que intenta empezar de nuevo con los consumidores estadounidenses.

Debido a que el Jetta, su modelo más vendido y su icónico Beetle, se fabrican en México y la producción en Estados Unidos es limitada, VW es particularmente vulnerable al "gran impuesto fronterizo" de hasta 35 por ciento propuesto por Donald Trump.

"Sería catastrófico; los Volkswagen cuestan entre 2 mil y 3 mil dólares más que los modelos rivales de Honda, Nissan y Toyota, lo que hace difícil imaginar que los consumidores acepten más aumentos de precios", indicó Fred Emich, gerente general de una concesionaria de Volkswagen en Colorado.

Por años, la automotriz alemana erró el blanco con coches que eran demasiado pequeños o caros para los consumidores estadounidenses. El escándalo de las emisiones de diésel socavó los esfuerzos para ganar la atención de los compradores, manchando su imagen de marca y dañando sus relaciones con los reguladores a los cuales la automotriz engañó durante décadas en ese rubro.

Su siguiente problema podría derivarse de décadas de dependencia a las fábricas mexicanas para surtir a los compradores estadounidenses, puesto que cerca del 60 por ciento de todos los modelos VW vendidos en la Unión Americana el año pasado fueron hechos al sur de su frontera con México, en desacuerdo con el enfoque de Trump de generar empleos en ese país.

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PLANTA DE PUEBLA
Gran parte de la producción norteamericana de Volkswagen proviene de su planta de Puebla. La fábrica abrió en la década de 1960 para producir Beetles y es su filial más grande fuera de su sede en Wolfsburg, Alemania.

La unidad poblana tiene capacidad para construir cerca de 600 mil Jettas, Golfs y Beetles por año. En contraste, su única fábrica en Estados Unidos, fue construida para armas cerca de 150 mil vehículos al año, aunque una expansión para producir la camioneta Atlas de 30 mil dólares impulsa su capacidad a 250 mil unidades.

Donald Trump ha amenazado con impuestos a las automotrices desde Detriot a Tokio que están planeando fábricas en México para abastecer a Estados Unidos. Incluso se dice que ha caldeado el llamado 'impuesto ajustado a la frontera' sobre los productos importados vendidos en ese país.

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AUDIS

El desequilibrio de Volkswagen podría también empeorar. Su modelo de lujo Audi no tiene plantas en Estados Unidos y abrió una nueva fábrica en San José Chiapa, Puebla, a fines de septiembre pasado.

Después de su reciente enfrentamiento con las autoridades estadounidenses, Volkswagen no está en el lugar correcto para apelar a la clemencia, esto pese a que sus oficinas centrales en Estados Unidos están sólo a 25 millas de la Casa Blanca. La automotriz alemana cubrió su escándalo de motor de diésel antes de admitir que modificó vehículos por años para deliberadamente engañar en las pruebas de emisiones.

"Para ser la automotriz más cercana a Washington, tiene el nivel más bajo de influencia; Volkswagen no tiene la habilidad de pedir al gobierno ningún tipo de favores o ayuda en este momento", señaló Dave Sullivan, analista de la consultora AutoPacific.

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