El avance de las empresas con operaciones internacionales, un mayor número de personas de altos ingresos y el incremento de las relaciones comerciales entre los países de América Latina impulsó la demanda de aviones ejecutivos y México encabeza el crecimiento en la región.
Stéphane Leroy, vicepresidente Regional de Ventas para América Latina de Bombardier Business Aircraft, sostuvo que para los próximos 20 años esperan entregar 2 mil 300 aviones de negocios en la región y un impulsor de esta demanda son los acuerdos comerciales.
Por ejemplo, la Alianza del Pacífico, que reúne a México, Colombia, Perú y Chile, así como un mayor intercambio comercial entre los países de América del Sur.
Estos acuerdos han impulsado el transporte de ejecutivos que demandan conexión entre rutas domésticas e internacionales con distancias de largo alcance, señaló en entrevista.
Para la firma de aviones ejecutivos, México es el mercado más importante en Latinoamérica y a nivel mundial esta región es el cuarto mercado en importancia, después de Estados Unidos, Europa y China.
"La posición geográfica de México ayuda a que los clientes puedan viajar en un avión ejecutivo, como el Learjet en distancias como Canadá o a países de América del Sur. Comparado con países de Sudamérica, ya que es muy difícil que un cliente en Chile, con este misma necesidad de transporte se pueda transportar en un avión de esta categoría, ya que necesitaría un avión más grande", comentó Leroy.
Históricamente, los aviones chicos han sido populares porque la mayoría de las compañías necesitan viajar, pero la tendencia es que los clientes necesitan aviones más largos ahora, porque se requiere de viajes de un mayor alcance, como para ir a Asia, detalló.
"Es un momento importante en México por las reformas estructurales que se realizan en la nueva administración, eso traerá crecimiento y mayores posibilidades para las compañías mexicanas, eso apoyará al crecimiento de la industria de la aviación privada", sostuvo.
Bombardier adelantó que en las próximas semanas se espera el vuelo de prueba del Learjet 85, del cual se realiza un primer ensamble en el Centro de Manufactura de Querétaro.