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Santander registra pérdida neta de 11 mil 100 millones de euros en 2T; es su mayor caída histórica

Este representa el mayor golpe hasta la fecha en una industria bancaria europea que está luchando contra la pandemia de COVID-19.

Banco Santander registró una pérdida neta de 11 mil 100 millones de euros (13 mil millones de dólares) en el segundo trimestre -la primera en sus 160 años de historia- y el mayor golpe hasta la fecha en una industria bancaria europea que lucha contra el impacto de la crisis de COVID-19.

El banco español recibió un gran golpe de 14 mil 800 millones de dólares después de que un deterioro en el fondo de comercio de adquisiciones anteriores. Ello incluye 10 mil 100 millones de euros relacionados con una disminución en los flujos de efectivo previstos en sus negocios del Reino Unido, EU, Polonia y Santander Consumer Finance.

La pandemia ha obligado a las entidades bancarias a reservar miles de millones de euros para cubrir préstamos morosos, a reducir el valor de los activos y suspender los dividendos por la presión de los reguladores.

Santander ya tenía las provisiones más altas de entre los bancos europeos antes de la pandemia debido a su exposición a mercados emergentes como Brasil y México y su negocio de préstamos para automóviles de alto riesgo en EU.

El banco asumió un cargo de 2 mil 500 millones de euros relacionado con la recuperabilidad de los activos con impuestos diferidos. El índice de morosidad del banco también disminuyó. Aún así, a pesar del tamaño de la pérdida y los deterioros, los cargos no afectarán los niveles de capital o el flujo de caja.

Sobre una base subyacente, al banco también le fue mejor de lo anticipado, con una ganancia de mil 500 millones de euros frente a los pronósticos de los analistas de 944 millones de euros.

Los ingresos principales estuvieron en consonancia con las expectativas, mientras que los gastos fueron mejores de lo previsto en 5 mil 100 millones de euros, frente a los 5 mil 800 millones de euros del año anterior.

El impacto total del deterioro de las perspectivas económicas ejercerá presión sobre los consumidores y las empresas a finales de este año cuando finalicen los programas de ayuda de los Gobiernos.

Más de una tercera parte de los cargos por deterioro en Santander provienen del negocio del Reino Unido, que el banco convirtió en un motor de préstamos al consumidor a través de adquisiciones de Abbey National y Alliance y Leicester. En Estados Unidos, su negocio de financiamiento de automóviles generalmente ofrece préstamos a los consumidores con perfiles crediticios pobres o incompletos.

Los cargos por deterioro sin precedentes fueron solo una parte del daño al que el banco tuvo que hacer frente en uno de sus trimestres más volátiles desde la crisis financiera y quizás desde su nacimiento en la ciudad portuaria del noroeste de España en 1857. El banco se ganó la reputación de negociador voraz bajo el mando del anterior presidente, el difunto Emilio Botín, padre de la actual presidenta Ana Botín, acumulando activos por todo el mundo tras salir más fuerte que muchos rivales de la crisis financiera.

"Los últimos seis meses nos han planteado uno de los mayores desafíos de nuestra historia", dijo Botín en el comunicado. "El impacto de la pandemia nos ha puesto a todos a prueba".

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