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Proyecto Tesla-Toyota, un amor fugaz de la industria automotriz

Tras un encuentro en California entre Elon Musk y Akio Toyoda, surgió una asociación entre dos compañías del mismo ramo, pero con distinto historial y visión. El proyecto de la RAV4 eléctrica elaborado por Tesla y Toyota no ha logrado las ventas esperadas y ahora cada uno apunta a rumbos distintos.

El presidente de Tesla Motors Inc., Elon Musk, invitó hace cuatro años a un admirador suyo a California, lo llevó a su casa y le permitió salir a dar una vuelta con el auto deportivo Roadster. Su invitado era Akio Toyoda, el presidente de la mayor compañía automotriz del mundo, Toyota.

Los dos congeniaron tanto que en cuestión de semanas Toyota Motor Corp. acordó comprar una participación de 50 millones de dólares en Tesla y vendió una fábrica de California a su nuevo socio por apenas 42 millones. También acordaron modernizar el vehículo utilitario RAV4 de Toyota y consideraron extender la colaboración a un SUV Lexus RX eléctrico, dijo en su momento una persona familiarizada con el tema.

En la actualidad, los lazos se aflojan conforme declinan las ventas del vehículo eléctrico conjunto RAV4, del que se han entregado menos de 2 mil unidades hasta la fecha. El SUV que alguna vez Musk elogió por considerarlo un trampolín para una sociedad más estrecha, tenía pocas oportunidades de convertirse en un éxito luego de que Toyota le fijara un precio de casi 50 mil dólares –el doble que la versión a gasolina- y limitara su disponibilidad a California.

La asociación se vio afectada por choques entre ingenieros, según personas cercanas, y destaca la rapidez con que los matrimonios de conveniencia pueden derrumbarse en la industria automotriz. Toyota se distancia ahora del mercado de vehículos eléctricos de Tesla y adopta las células de combustible, una tecnología que Musk ridiculiza.

'MUCHAS COMPLEJIDADES'

"El hecho de que las dos compañías sean exitosas no significa que vayan a tener éxito al unirse", dijo Ashvin Chotai, director gerente de Intelligence Automotive Asia. "Cuando hay alguien que amenaza el statu quo en un sector y se trata de cooperar con el principal actor, lo más probable es que eso derive en muchas complejidades".

Representantes de Tesla y Toyota se negaron a hacer declaraciones sobre detalles específicos del desarrollo del vehículo eléctrico RAV4.

Las motivaciones de ambas compañías para ingresar al proyecto destacaron sus respectivas debilidades. Toyota, que quería aprender de su socio más ágil, quedará por debajo del ritmo promedio de la industria en producción de nuevos modelos durante los próximos cinco años, según Bank of America Merrill Lynch. Tesla, fundada en 2003 –casi 80 años después que Chrysler, la segunda compañía automotriz estadounidense más joven-, está en medio de una expansión que pondrá a prueba su capacidad de producción.

En mayo de 2010, mientras se conformaba la nueva alianza, el presidente y máximo responsable ejecutivo de Tesla, que tiene sede en Palo Alto, California, calificó la sociedad de "histórica" y dijo que Toyota era una empresa que admiraba desde hacía mucho tiempo. Al describir su prueba de conducción del Roadster de Tesla un mes antes, Toyoda dijo que había sentido "el viento del futuro".

INVERSIÓN RENTABLE

Para Tesla, el acuerdo significaba dinero, su primera fábrica a precio de ganga, así como la credibilidad que conlleva trabajar con una empresa líder de la industria.

Para Toyota, la sociedad daba al nieto del fundador de la compañía la oportunidad de dar nuevos bríos a una empresa automotriz afectada por su repentina crisis de aceleración de retiros del mercado. La inversión de Toyota también terminó siendo rentable: su participación en Tesla tiene un valor de más de 700 millones de dólares.

"Cuando Akio se asoció en esto con Elon, pensé que era excesivo", dijo en mayo Jim Lentz, que está al frente de las operaciones de Toyota en América del Norte. "Era una asociación con un pequeño emprendimiento del sector automotriz".

'CAJA NEGRA'

No tardaron en surgir conflictos, dijeron personas involucradas con el proyecto y ex ingenieros de ambas compañías.

"Toyota no podía compartir su código con Tesla, y Tesla no podía compartir el suyo con Toyota", dijo Jeff Liker, un profesor de ingeniería de la Universidad de Michigan que se reunió el año pasado con el equipo de ingeniería del vehículo eléctrico RAV4 de Toyota. "La forma en que lo explicaron fue como si hubieran dicho: 'esto es una caja negra'".

Tesla valora los procesos de calidad de producción "de primera línea" que aprendió de su trabajo con la compañía automotriz con sede en Toyota City, Japón, dijo en una entrevista JB Straubel, el máximo responsable técnico de la compañía estadounidense. Agregó que no tenía conocimiento de episodios específicos de tensión entre los ingenieros, mientras que el vocero de Tesla, Simon Sproule, se negó a hacer declaraciones sobre el proceso de desarrollo del RAV4 eléctrico.

PLAZO ESTRICTO

"Se trata de dos compañías muy diferentes con ideas muy diferentes", dijo John Hanson, un vocero de Toyota. "Sin duda era un proyecto difícil, pero también tenía un plazo muy estricto, y el producto se lanzó en la fecha prevista".

En 2012, dos años después de que Toyoda y Musk anunciaran el proyecto, el vehículo eléctrico RAV4 salió a la venta, un lapso de tiempo muy breve para una industria en la que el rediseño de modelos puede llevar siete años. Desde entonces, las ventas del vehículo han sumado mil 902 unidades hasta julio. Las empresas, por su parte, habían planeado vender 2 mil 600 en los tres años posteriores al lanzamiento.

Toyota no tiene conocimiento de problemas específicos generalizados que pueda haber tenido el RAV4, dijo Hanson, el vocero. La compañía trabajó en la resolución de algunos problemas técnicos que plantearon propietarios del vehículo cuando éste salió a la venta, dijo.

'CÉLULAS TONTAS'

Toyota y Tesla toman ahora diferentes caminos. Tesla vuela alto con su Modelo S, que obtuvo la mejor calificación que haya concedido Consumer Reports. Musk planea construir la mayor fábrica del mundo de baterías de ion-litio y prepara el lanzamiento para el año próximo de su Modelo X eléctrico, al que le seguirá el sedán pequeño Modelo 3 en 2017.

Toyota, por su parte, se concentra en las células de combustible a base de hidrógeno. Musk criticó en junio la tecnología, a la que se refirió en términos de "células tontas". En octubre dijo que "no hay forma" de que los vehículos de célula de combustible tengan éxito porque son demasiado complejos y caros.

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