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Los consumidores chinos muestran quién manda a las grandes marcas con amenazas de boicot

Marcas de lujo han aprendido 'a la mala' que los compradores pueden ser muy organizados para rechazar sus productos si ofenden a su país con alguna expresión.

En momentos en que se acumulan 'las nubes de tormenta geopolítica' a nivel mundial, el arma más poderosa de China podría no estar en los aranceles o la policía antidisturbios, sino en los teclados de sus consumidores en línea.

Beijing se encuentra cada vez más asediado mientras la guerra comercial del presidente Donald Trump presiona a la segunda mayor economía mundial y las protestas en Hong Kong ponen en tela de juicio el control chino de ese territorio.

Sin embargo, como lo ha hecho en el pasado, China encuentra apoyo de una comunidad en línea cada vez más nacionalista, que aprovecha los desaciertos de las compañías multinacionales para ofrecer su punto de vista.

Una creciente lista de marcas mundiales, desde Versace hasta Calvin Klein, se han visto obligadas a disculparse en los últimos días luego de que un 'ejército' de usuarios chinos de internet las criticara por productos y sitios web que identifican a Hong Kong como un país, no una ciudad.

Los consumidores de ese país han demostrado ser una fuerza poderosa para impulsar el cambio en temas locales como la leche contaminada y las vacunas de baja calidad, pero esa misma indignación puede ser igual de poderosa cuando se aplica a la política, con una cobertura crítica en los medios controlados por el Estado que estimula a los usuarios de internet a boicotear productos y marcas en plataformas de redes sociales del país.

"Hay una respuesta nacionalista en internet que obviamente el Gobierno incentiva", comentó Andrew Polk, cofundador y socio de la consultora Trivium China, con sede en Beijing. "Comienza en los medios estatales oficiales y luego adquiere vida propia".

Las compañías de presencia mundial, que recurren más y más a la acaudalada clase media y al floreciente mercado de consumo de China para obtener ganancias, han aprendido 'a la mala' que vale la pena hacer las paces (y si es rápido, mejor) con los compradores chinos, que representan un tercio de las ventas de productos de lujo en la actualidad y dos tercios del crecimiento de la industria, apuntan estimaciones de la consultora Bain & Co.

Incluso las empresas que no venden directamente a los consumidores son vulnerables a la indignación en redes sociales.

PricewaterhouseCoopers se volvió un blanco de críticas luego de que una publicación en línea que parecía ser de la empresa de contabilidad llamara a respaldar las protestas en Hong Kong, que se mantienen desde junio y no dan señales de disminuir.

Si bien PwC emitió una declaración en la que aclaró que la publicación era un fraude, eso no calmó a los críticos de las plataformas de redes sociales chinas, según Global Times, un periódico sensacionalista de propiedad del Estado chino, que aseveró que la respuesta de la empresa "provocó una gran insatisfacción en la ciudadanía" porque no condenó enérgicamente las manifestaciones.

Puede que Hong Kong sea el tema candente actualmente, pero hay muchos otros asuntos que pueden desencadenar 'la ira nacionalista' en la web. Usuarios chinos de redes sociales expresaron indignación en junio después de que un economista de UBS Group utilizara la frase "cerdo chino" en un informe sobre el impacto del brote de peste porcina del país. El banco suizo se disculpó públicamente.

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