Empresas

Empleados acusan que Intel prioriza producción sobre la seguridad sanitaria

Algunos trabajadores declararon que la compañía no aisló al personal que colaboró con compañeros que dieron positivo al COVID-19 y que el distanciamiento social no se siguió correctamente.

Intel habría comprometido la seguridad de los trabajadores en algunas de sus fábricas para mantener la producción de chips en medio de la pandemia de COVID-19, de acuerdo con las quejas presentadas ante agencias gubernamentales y empleados de una de las fábricas.

En una planta en Chandler, Arizona, el fabricante de semiconductores más grande del mundo no aisló al personal que trabajó en estrecha colaboración con compañeros de equipo que dieron positivo en la prueba de coronavirus y no instituyeron la realización de pruebas, dijeron personas que trabajan allí. Los gerentes de las fábricas también desestimaron las preocupaciones de que las pautas de distanciamiento social no se estaban siguiendo adecuadamente, según las personas, que pidieron no ser identificadas porque temen ser sancionadas por su empleador.

Muchas de estas inquietudes relacionadas con el virus también se plantearon en documentos a agencias estatales que regulan la seguridad en los lugares de trabajo. La compañía indicó que actuó de acuerdo a las nuevas políticas para mejorar la seguridad de los empleados y mantuvo alta la producción de la fábrica porque sus productos son esenciales.

"Entendemos completamente que la gente pueda estar preocupada", declaró Darcy Ortiz, vicepresidenta y gerente general de servicios corporativos de Intel. "Tenemos una fuerte cultura de seguridad y hemos proporcionado los medios para que las personas nos hagan saber sus inquietudes".

Hasta donde Intel sabe, no ha habido transmisión del virus en las instalaciones de la compañía. Las quejas en foros internos y ante las agencias estatales de seguridad han ayudado a la compañía a perfeccionar y mejorar su respuesta a la pandemia, agregó Ortiz.

Una queja sobre la fábrica en Chandler fue enviada a la División de Seguridad y Salud Ocupacional de Arizona. La agencia está investigando y no hará más comentarios hasta que se completen las indagatorias, señaló Trevor Laky, jefe de asuntos legislativos de la Comisión Industrial de Arizona, que supervisa a la división. No está claro si el regulador tomará alguna acción formal contra Intel.

En Oregón, la División de Seguridad y Salud Ocupacional recibió más de 40 quejas relacionadas con el virus sobre las fábricas de Intel en la ciudad de Hillsboro y otra en las cercanías entregadas desde fines de marzo hasta finales de abril, los documentos acusan a Intel de no hacer cumplir las reglas de distanciamiento social, no proporcionar máscaras a los trabajadores y permitir que los empleados con síntomas regresen al trabajo sin proporcionar pruebas de que dieron negativo para COVID-19, según documentos que la agencia compartió con Bloomberg News.

Cuatro de esas quejas aún están bajo investigación y solo una ha sido completamente cerrada, según los documentos. La agencia no hace comentarios hasta que se cierra un caso o se decide intensificar la investigación. Comentó que a menudo solo basta con llamar a la compañía mencionada en una queja "para que una empresa cambie el rumbo".

Antes de que el COVID-19 comenzara a extenderse, Intel estaba bajo presión para aumentar la producción. Ha estado luchando por cambiar hacia una nueva forma de hacer chips más pequeños y más eficientes, y pasó la mayor parte del año pasado sin poder aumentar la producción lo suficiente como para cumplir con todos los pedidos de los clientes. Las fábricas de semiconductores funcionan lo más rápido posible, porque la maquinaria es costosa se vuelve obsoleta en tan solo cinco años.

Otros dos documentos también mencionaron que los gerentes o la compañía le dijeron al personal que podrían estar a menos de dos metros de distancia por un tiempo de hasta 30 minutos, según los documentos de la agencia de Oregon.

Esa directriz sigue vigente y se basa en el asesoramiento de las autoridades de salud, indicó Intel.

La compañía escalonó los tiempos de cambio de turno de trabajo y reconfiguró las salas para asegurarse de que los empleados puedan mantenerse alejados unos de otros, según Ortiz. También señaló que Intel creó patrullas de empleados que vigilan el cumplimiento de las reglas de distanciamiento social.

La respuesta de Intel a la pandemia evolucionó rápidamente y las quejas fueron atendidas de una manera que satisfizo a los representantes estatales de seguridad laboral, que visitaron las plantas de Intel en Oregon y Arizona, agregó. Intel inicialmente no proporcionó máscaras a los empleados debido a que la disponibilidad era limitada y era necesario priorizar el suministro a los profesionales médicos. Las máscaras han estado disponibles en todas la fábricas desde la primera semana de abril, afirmó Ortiz.

Intel no ha realizado pruebas del virus porque no puede conseguir los kits, puntualizó. Cuando un empleado da positivo en una prueba, la compañía realiza un seguimiento de contactos y notifica a los que estuvieron expuestos, en lugar de hacer anuncios generales, para preservar la privacidad médica. Se les recomienda a los afectados que se realicen la prueba y que se pongan en cuarentena, explicó Ortiz. Ella se negó a revelar la cantidad de empleados que han sido infectados.

Durante el anuncio trimestral de ganancias de la compañía el 23 de abril, el director ejecutivo, Bob Swan, y el director financiero, George Davis, agradecieron a los trabajadores y dijeron que estaban orgullosos de que la compañía mantuviera la producción durante el cierre. También promocionaron los protocolos de seguridad de Intel y Swan anunció 100 millones de dólares en fondos para ayudar a los trabajadores mientras las órdenes de refugio en el lugar están vigentes. Parte de ese dinero se paga como recompensa a los empleados que siguen asistiendo al trabajo.

"Nuestros estándares de seguridad de clase mundial han permitido que nuestras fábricas continúen operando de manera segura y relativamente normal", manifestó Swan en una conferencia telefónica con analistas.

Intel declaró que en el primer trimestre cumplió con 90 por ciento de los pedidos a tiempo.

Postura Intel:

La prioridad principal de Intel al gestionar la situación del coronavirus es proteger la salud y el bienestar de los empleados, mientras damos continuidad a la operación y apoyamos a nuestros clientes en todo el mundo. En esta situación tan increíblemente dinámica y sin precedentes, hemos trabajado para aprender y adaptarnos lo más rápidamente posible, y así poder continuar salvaguardando a nuestros trabajadores y las comunidades. Nosotros alentamos a los colaboradores a plantear sus inquietudes y trabajamos arduamente para abordarlas con rapidez. Intel presentó respuestas formales a las quejas, y los inspectores de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos (OSHA, por sus siglas en inglés), visitaron nuestros sites de Oregón, Arizona y Nuevo México. No hemos recibido ninguna denuncia por violación a las regulaciones e incluso los inspectores de OSHA, que visitaron nuestros sites, nos felicitaron por las acciones que hemos emprendido.

También lee: